Los venezolanos estrenaron ayer los billetes de su nueva moneda, el bolívar soberano, en reemplazo del bolívar fuerte. Sin embargo, la jornada de estreno fue de paralización parcial debido a una huelga general convocada por la oposición en rechazo al polémico plan económico del presidente Nicolás Maduro y, por otro lado, contramarchas en respaldo de las medidas. 

Los nuevos billetes del bolívar soberano comenzaron a ser entregados por los cajeros automáticos, que permiten sacar hasta 10 bolívares soberanos por día, equivalentes a un millón de bolívares fuertes (aproximadamente a 1,66 dólar). Aunque oficialmente ya se realizó el cambio monetario, por el momento convivirán ambas monedas.  

La reconversión se hizo en medio de una hiperinflación que escala a más de 100 por ciento al mes (algunas estimaciones proyectan que este año será de 82,000 por ciento) y es la primera medida de un nuevo plan económico de Maduro que incluirá también aumentar a niveles internacionales el precio de la nafta, la más barata del mundo. El plan además establece la liberación del mercado cambiario, el incremento del impuesto al valor agregado de un 12 a un 16 por ciento y un drástico aumento del salario mínimo nacional, que pasó de cinco millones a 160 millones de bolívares fuertes o 1600 soberanos (unos 26,6 dólares).

Según Naciones Unidas, 2,3 millones de ciudadanos abandonaron el país desde que la crisis se hizo insostenible. Una encuesta elaborada por la empresa Consultores 21 informa de que desde 1999 a diciembre del 2017 se habían ido 4.091.717 venezolanos, sobre una población de unos 30 millones. Stéphane Dujarric, el portavoz del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha asegurado que 1,3 millones de los venezolanos que abandonaron el país están desnutridos.

La oposición llamó a responderle al plan de Maduro con una huelga general ayer que fue acatada parcialmente, con comercios cerrados y menos transporte público circulando. El dirigente opositor Andrés Velásquez, uno de los principales convocantes, dijo en un primer informe que la huelga fue acatada por alrededor del 60 por ciento del país, con unas regiones más activas que otras. “Creo que hemos tenido una respuesta positiva, importante, y esto sigue en pleno desarrollo. El régimen dice que el pueblo se la tiene que calar (aguantar), porque a eso apuesta, al miedo. Estamos viendo que el pueblo no se deja, que se pone de pie, que protesta y rechaza y le dice ‘no’ a esta estafa de Maduro”, señaló en una rueda de prensa.

Velásquez señaló, además, que las medidas de Maduro no han detenido el ritmo de la inflación, pues afirmó que los precios se han duplicado en apenas días desde que el presidente anunció varias decisiones el viernes pasado. “No es verdad que es un plan de recuperación económica, estas medidas hunden más al pueblo y son medidas dentro de la lógica criminal con la que actúa el régimen, una lógica que beneficia a las mafias. Hoy el país está enviando un mensaje. Sin bien es cierto que la paralización no es total, la gente está cumpliendo el paro que hemos convocado”, aseveró el dirigente opositor. “Este esfuerzo que hoy se inicia va a tener su clímax en la convocatoria a una huelga nacional por tiempo indefinido para resolver esto”, recalcó, además, Velásquez.

En respuesta al paro convocado por la oposición, los ciudadanos que respaldan al gobierno de Maduro marcharon ayer en el oeste de Caracas para apoyar las medidas económicas decretadas por el mandatario. Varios cientos de personas se concentraron en la avenida Libertador, en el centro de la capital venezolana, y caminaron al palacio presidencial de Miraflores, donde, esta vez, Maduro tampoco salió a recibir a los manifestantes

“Las personas se han volcado a las calles a defender este programa de recuperación, al Gobierno y a su presidente”, dijo el Ministro de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez, en rueda de prensa.