El dólar cerró ayer a 30,59 pesos, con un incremento de 12 centavos respecto del viernes. Las tensiones en Turquía que afectaron la cotización local las últimas semanas se encuentran más tranquilas pero ahora los problemas llegan de Brasil. La incertidumbre electoral del principal socio comercial de la Argentina provoca una aceleración en la devaluación del real y genera efecto contagio en el país. La apertura irrestricta de los capitales en el mercado interno produce que cualquier conflicto en el exterior impacte a nivel local. Los analistas aclaran, no obstante, que la crisis turca y el proceso electoral brasileño son disparadores de la devaluación argentina porque la economía atraviesa importantes desequilibrios que siguen sin resolverse en el frente externo. El riesgo país volvió a subir y se ubica cerca de los 700 puntos.
El real brasileño arrancó la semana registrando el peor desempeño en la canasta global de monedas y perdió más valor contra el dólar que la lira turca. La cotización se ubicó en 4,05 reales por dólar, con una suba de 4 por ciento en los últimos dos días. Se trata de la cotización más alta desde febrero de 2016. La diferencia entre Brasil y Argentina es que la devaluación en estas proporciones allá modifica el tablero de la competitividad cambiaria porque la inflación no alcanza a ser el cuatro por ciento en el año, cuando en la economía argentina esa suba de los precios se registra en poco más de un mes.
La suba del real se explicó principalmente por elementos políticos. Se trata de la reacción de inversores del mundo a la falta de certezas sobre los candidatos. Las elecciones son en 60 días y Lula, si bien continúa en prisión, sube en las encuestas y el PT mantiene firme su posición para presentarlo como candidato. El impacto no fue sólo cambiario sino que afectó a los activos bursátiles de Brasil. El índice Bovespa marcó ayer una caída de 1,6 por ciento. Petrobras fue una de las acciones con mayor retroceso, al disminuir un 3,6 por ciento en Nueva York.
El peso no logró escapar de la tensión del exterior y volvió a mostrar una tendencia a la depreciación. El tipo de cambio mayorista se ubicó en 30 pesos, con un incremento de 15 centavos respecto del viernes. Se trata de una cotización record, igualando la marca del 15 de agosto pasado. La suba del dólar preocupa entre los analistas porque ocurre pese a que la tasas de interés se ubican hace meses por arriba del 40 por ciento y el Banco Central lanzó distintas medidas para contener la cantidad de liquidez en circulación en el mercado cambiario. La persistencia de la dolarización en un esquema como el actual, de políticas monetarias contractivas, según los consultores, se debe a la caída en la demanda de dinero. Esto enciende las luces de alerta no sólo por la cotización del dólar sino por su impacto en la inflación.
El riesgo país volvió a subir ayer y se ubicó en 685 puntos básicos, con un incremento del 2,1 por ciento. Esto se debió a la nueva caída de los precios de los bonos. El equipo económico se reunió la semana pasada con inversores de Wall Street para convencerlos de que la probabilidad de default argentino es muy baja. Pero la respuesta de los fondos de inversión al principio de esta semana no fue la esperada. Algunos hombres de negocios que participaron de las reuniones con los funcionarios en la gran manzana dejaron trascender que el gobierno argentino no les había pedido que compren nuevos bonos, sino que dejen de vender los que ya tenían. Una de las dudas que despertó entre los inversores la reunión con el equipo económico fue que las presentaciones tuvieron poca consistencia macroeconómica.
Las reservas internacionales del Banco Central, sin las subastas diarias, cerraron ayer en 55.028 millones de dólares, con un aumento de 232 millones. Parte de esta suba fue explicada a partir de la apreciación contra el dólar de los activos en distintas monedas que se contabilizan entre las reservas.