“A esta altura de las circunstancias no tengo ningún inconveniente en que el cuerpo autorice lo solicitado por Bonadio”, aseguró ayer la ex presidenta Cristina Fernández en una nota presentada a sus compañeros en la reunión de Labor Parlamentaria. Allí los presidentes de bloque definirían los detalles la sesión de hoy, en la que Cambiemos buscará avanzar, por tercera vez, con el pedido judicial para allanar los domicilios de la ex mandataria. En la nota, CFK aclaró que su posición no significa convalidar la “cruzada persecutoria” en su contra sino que pretende “terminar, de una vez por todas, con el show montado alrededor de estos allanamientos sin fundamentos”. En ese contexto, reclamó que no más cámaras de TV ni fotográficas en el operativo, que estén presentes sus abogados y un senador o senadora y que se resguarden los objetos de uso personal. Desde el oficialismo, la vicepresidenta Gabriela Michetti se expresó anoche en contra de estos requerimientos, que seguramente quedarán en el centro del debate de hoy.
Mientras afuera del Congreso comenzaba a producirse una movilización para reclamar el desafuero de CFK, el titular del bloque del FpV-PJ, Marcelo Fuentes, presentaba a sus pares la carta firmada por la ex mandataria. Allí advierte sobre los “críticos momentos que atraviesa el Estado de Derecho y el sistema de representación democrático” y agradece al grupo de senadores que no convalidó los últimos dos intentos para votar los allanamientos. Además de sus compañeros de bancada, CFK se refiere, sin mencionarlos, a los 16 de los 24 senadores del interbloque Argentina Federal, que preside Miguel Pichetto, y otros bloques más pequeños como el de Magdalena Odarda y Pino Solanas o el de Rodríguez Saá.
“Tengo muy claro que dicha actitud no fue por solidaridad personal ni ‘corporativa’, sino que, por el contrario, obedeció a la firme decisión política de no convalidar la utilización del Poder Judicial como instrumento de persecución política a los opositores y de distracción mediática para la población, por la grave situación económica y social que atraviesa nuestro país con motivo de las políticas aplicadas por el gobierno de Mauricio Macri”, asegura CFK.
En ese contexto, la senadora señaló que la Cámara Alta debe garantizar que las medidas que se lleven adelante sean sólo para recabar pruebas “y no para obtener imágenes o filmaciones sobre el interior de mis viviendas y de los objetos que forman parte de ellas, al efecto de su posterior difusión mediática con intencionalidad política”. Con ese fundamento, solicitó que el Senado no autorice el ingreso de cámaras, que estén presentes sus abogados “al efecto de garantizar mi defensa y el control de legalidad de los mismos” y que también participe un senador o senadora designado por ella para “garantizar lo que disponga y ordene este cuerpo”. También pidió que “se resguarden los objetos de uso personal y de aquellos que conformen el ajuar de las casas” y que el juez “no rompa nada y disponga que se utilicen los instrumentos técnicos necesarios con los que cuentan las fuerzas de seguridad y los organismos de inteligencia”. Dejó incluso un pedido personal: que no se altere su casa de El Calafate, donde vivió Néstor Kirchner. Allí “se produjo el momento más doloroso de mi vida y por lo tanto su preservación tal como está es, para mí y para mi familia, muy importante”, reveló. En cada caso, la ex presidenta ejemplificó con distintos episodios su “humillación y hostigamiento”. Citó, entre otros, las escuchas judiciales ilegales sobre conversaciones privadas “anunciadas y difundidas en programas de televisión y radio, como siempre oficialistas y con abundante pauta del Estado”. También la denuncia por vigilancia de agentes de inteligencia en el Instituto Patria. “Toda esta situación de persecución política, inédita desde el advenimiento de la democracia en 1983, parece ser ignorada por algunos integrantes de este cuerpo”, deslizó, en un dardo hacia los oficialistas y en especial a los 8 senadores del PJ.