La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) todos los años abre una inscripción para que los egresados de los institutos Jorge Sábato, Balseiro y Dan Beninson puedan incorporarse como becarios al organismo. El objetivo es capitalizar los recursos que se destinaron a la formación de esos jóvenes, los cuales a partir de ese momento comienzan su carrera dentro de algunas de las sedes de la propia CNEA. Sin embargo, en marzo de este año se anunciaron recortes en la cantidad de ingresantes y todavía ni siquiera se realizó la convocatoria, lo que motivó una queja formal de los egresados. La demora se inscribe dentro de una política de desfinanciamiento generalizado del sector nuclear, que incluye el freno a la construcción de Atucha III, despidos en Nucleoeléctrica y Dioxitek, paralización de la Planta Industrial de Agua Pesada y recortes en todas las dependencias del sector.
En marzo de 2016, el entonces flamante subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, aseguró en una charla con trabajadores de la CNEA que la intención oficial era continuar con el plan de expansión nuclear. Incluso puso al sector como un ejemplo de desarrollo científico y tecnológico en oposición a la industria electrónica de Tierra del Fuego. “Si nosotros ponemos en extremos los complejos tecnológicos argentinos, en un lado, en el lado de lo no deseable, probablemente esté el complejo electrónico de Tierra del Fuego que es meramente demandante de divisas. No hay componentes tecnológicos, no hay industria, hay solo armado. Y en el otro extremo está el sistema nuclear argentino”, al que Gadano definió como el “cluster tecnológico más sofisticado del país”. Incluso destacó que la CNEA se iba a dedicar a tareas de innovación, dejando el desarrollo aplicado a otros actores. Este punto generó desconfianza y resistencia entre los trabajadores del organismo que ven como muchas veces su esfuerzo termina siendo usufructuado por actores privados, como es el caso del grupo Pérez Companc en la empresa mixta Conuar. Sin embargo, fuentes de la propia CNEA señalaron a PáginaI12 que la situación terminó siendo todavía peor, porque ahora la CNEA ni siquiera incorpora como becarios a los egresados que formó en sus institutos.
“Solicitamos que se abra la convocatoria a las 45 becas para egresados y egresadas de institutos de la CNEA y las 15 becas aprender haciendo según se comprometieron las autoridades de la CNEA, y que se incorpore a los becarios y las becarias lo antes posible”, aseguraron los egresados en una carta en la que hicieron responsable al presidente de la CNEA, Osvaldo Calzetta, quien se había comprometido a otorgar las becas para que la incorporación se concretara el 1 de agosto. De hecho, a mediados de marzo se alteró el criterio histórico de la institución y se dejó sin beca a más de la mitad de egresados de los institutos de formación de la CNEA, pero ni siquiera a los 45 egresados que seleccionaron para las becas los están incorporando.
Ante las reiteradas consultas recibidas, la Gerencia de Área Académica envió ese día un correo electrónico: “…les informamos que estamos a la espera de recibir la lista de propuestas priorizadas por parte de las autoridades de CNEA. En cuanto dispongamos de dicha información avanzaremos en la siguiente etapa del proceso manteniéndolos informados por este medio.”
“Esto nos da a entender que las becas no sólo no se harían efectivas en agosto sino que dicho ‘proceso’ podría llevar meses. A su vez, la Gerencia de Área Académica a cargo del Dr. Raúl Barrachina, creada a fines del 2017, nuevamente muestra dificultades manifiestas para sostener los plazos estipulados e informar debidamente las condiciones de la actual convocatoria: hacer públicos los criterios de selección y cómo estará constituido el comité evaluador”, aseguraron los egresados de los institutos.