El primer representante del empresariado en visitar las oficinas del nuevo ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, fue el presidente de la Unión Industrial Argentina, Adrián Kaufmann Brea. Ni lamentos por la profundización de la caída en la actividad ni preocupaciones por la contracción en las exportaciones, el titular de la UIA llevó al breve encuentro en el quinto piso del Palacio de Hacienda la agenda tributaria. La central fabril pretende introducir algunas de sus históricas demandas en la propuesta de reforma que quedó a cargo del flamante funcionario. Con el mismo lenguaje utilizado por Dujovne, la central fabril reclama “eliminar impuestos distrorsivos” y reducir “los costos laborales y previsionales que afectan fuertemente la competitividad industrial y fomentan la informalidad”. Terminar con el impuesto sobre los créditos y débitos bancarios, armonizar gravámenes provinciales, modificar el régimen penal tributario y reestablecer el ajuste por inflación, son algunas de las pretensiones de los industriales.
Durante el encuentro que mantuvieron en el Palacio de Hacienda, Kaufmann Brea le presentó al ministro un documento elaborado por el director del Departamento de Política Tributaria de la UIA, Carlos Abeledo, que lo acompañó al convite. Los representantes empresarios sostienen que la “presión tributaria” crece en forma sostenida desde 2004. De acuerdo a sus estimaciones, ese indicador representa el 32,1 por ciento del PIB lo que ubica al país en sintonía con los de la OCDE y entre los más elevados de la región. Con ese diagnóstico el reclamo gira alrededor de cuatro propuestas: “fomento a la inversión, eliminación de distorsiones y racionalización de tributación local”.
En algunos puntos la sintonía entre el ministro Dujovne y los representantes de la UIA es perfecta. “El costo laboral y previsional afecta fuertemente la competitividad industrial y fomenta la informalidad”, sostienen el documento elaborado por la entidad empresaria. “Me preocupa mucho el impacto que tienen las cargas al trabajo. Son anormalmente altas frente al resto del mundo y eso explica en buena medida que la Argentina tenga 35 por ciento de empleo en negro”, fue el diagnóstico desplegado por Dujovne desde que asumió. A pesar del entusiasmo que despierta, la implementación de esas políticas desde la década del ochenta no sólo no promovió la creación de empleo de calidad sino que desfinanció los sistemas de la seguridad social en un contexto de crecimiento de la informalidad. La minimización de las “cargas al trabajo”, representa una herramienta clave en la política de la cartera laboral que conduce Jorge Triaca.
Con el objetivo de estimular la postergada lluvia de inversiones, la UIA no reclama reactivar la demanda interna ni créditos a largo plazo con tasas accesibles. Las propuestas del empresariado se concentran en el otorgamiento de estímulos fiscales, la implementación de un régimen de deducción de intereses sobre el capital propio destinado a la inversión, la armonización de la alícuota del Impuesto a las Ganancias para empresas con la región e incrementar el cómputo de pago a cuenta de cargas sociales con el IVA. “Los cambios en los niveles de precios conllevan un proceso inflacionario y requieren mecanismos de ajuste que neutralicen tales distorsiones para no gravar ganancias puramente nominales. La falta de ajuste lleva al contribuyente a responder no ya con una parte sustancial de sus ganancias sino con su patrimonio, afectando derechos y principios de rango constitucional”, sostiene la UIA.