Un sargento de la Bonaerense, Gerardo Abarza, murió baleado por un agente de la Federal, Juan Gutiérrez, en Villa Centenario, Lomas de Zamora. El hecho por el momento no tiene explicación clara, y adquiere mayor gravedad si se considera que Gutiérrez, que fue detenido por el compañero de Abarza, pertenece a la División Seguridad y Custodia del Ministerio de Seguridad de la Nación. Ambos se encontraban en autos no policiales y según la explicación informal, cada grupo creyó que los otros eran asaltantes. La versión es difícil de creer por sí sola: los tres que acompañaban al policía de Patricia Bullrich salieron corriendo del auto. Contando a Abarza, los bonaerenses eran dos.
El incidente se produjo el martes por la tarde, alrededor de las 18, durante un control vehicular en la zona de Villa Centenario, en las calles París y Marsella. Los dos bonaerenses, de civil y a bordo de un Volkswagen Fox civil, detectaron un Suzuky Fun con cuatro hombres en su interior, y se dispusieron a identificar a los ocupantes. No imaginaban que al menos uno de ellos era también policía, y menos que se reportaba en la misma División Seguridad y Custodia del Ministerio de Seguridad de la Nación. Del otro lado, Gutiérrez, acompañado por otros tres hombres también de civil, y de los que no está claro si vestían esa categoría porque lo eran, o eran colegas sin uniforme.
Los cuatro del Suzuky, según la versión “policial”, creyeron que los dos bonaerenses en realidad eran asaltantes. Lo curioso y que hace ruido en la versión es que al menos Gutiérrez se sabía policía, y se quedó en el auto, pero los otros tres, escaparon, cuando en realidad doblaban en número a los dos supuestos asaltantes.
La lectura de los hechos, más allá de la versión policial, deja entre sospechas el motivo por el que los tres compañeros de Gutiérrez lo abandonaron y escaparon del auto. Se desconoce si eran policías de civil o no. Si lo eran, no se entiende la fuga. Si no lo eran, no se entiende qué hacía Gutiérrez ni porque disparó. Si lo hizo porque los supuso asaltantes, no se entiende la fuga de sus compañeros de auto.
Cuando Gutiérrez disparó –luego los peritos detectaron cinco vainas del arma del federal–, hirió en el pecho a Abarza. El otro policía bonaerense logró reducir al agresor, y lo identificó, le secuestró la pistola, calibre 9 milímetros. Abarza fue llevado de urgencia en un móvil policial al Hospital Gandulfo, de Lomas de Zamora, donde a pesar de los esfuerzos realizados, murió horas más tarde.
En el hecho tomó intervención el juez federal Alberto Santamarina, mientras que el agente Gutiérrez fue imputado de “homicidio calificado”.
Para marcar una diferencia respecto a otras acciones contra el delito de los hombres de Patricia Bullrich, y lejos del homenaje a la doctrina Chocobar en su cuenta personal de Twitter, sobre el agente Gutiérrez que baleó a otro policía no hubo la menor mención. Tampoco se escucharon reclamos de las propias filas policiales.