“Ya que tienes que amar, ni bien llegues allá abajo ámalos. Pero mientras yo viva, no mandará una mujer”. Esta es la respuesta de Creonte a Antigona a la frase “No nací para compartir el odio sino el amor” condenándola a muerte por decreto. Estas frases de Sófocles escritas en el año 400 a.C. resultan tan actuales que llaman poderosamente la atención.
Seguir sus convicciones no sigue siendo una tarea fácil para las mujeres, a pesar de los grandes avances en estos últimos tiempos. A menudo, podemos presenciar pequeñas manifestaciones en la que se subestima la opinión de la mujer si no es lo que los demás desean escuchar, esta actitud la he presenciado de hombres que me resultan muy sensatos y a los que quiero y también de mujeres. Así como también en grandes escalas, nos cansamos de escuchar y de leer en los medios y las redes sociales adjetivos no tan gratos como “feminazis”, “machonas”, “madres luchonas”, “locas”, y la lista es interminable.
La pregunta que surge es ¿Por qué 2400 años después las mujeres seguimos resultando una amenaza? Claro, ahora no nos matan por decreto, pero si luchamos, si emprendemos, si seguimos convicciones, si no lo hacemos como la mayoría piensa que debe hacerse, la sociedad sigue sintiéndose amenazada como Creonte por Antígona.
*Actriz de ¿Quién es el séptimo? Todos los viernes 21.30 en el Centro Cultural Freire (Gral. Ramón Freire 1090, CABA). Reservas: alternativateatral.com