La segunda jornada de la Media Party, el evento que reúne a más de 2500 involucrados en el ecosistema de medios digitales y tecnología del continente, tuvo una marcada búsqueda de los especialistas enfocados en ver qué es lo nuevo. Así como otros años se hablaba de modos de titular y presentar las portadas de los sitios de noticias, del clickbait y demás ejes como el uso de la Realidad Virtual en el periodismo, ahora es el turno del descrédito –la VR no dio frutos aún– y del posclickbait: nada parece salvar el modelo de negocios de los medios.

Al menos eso se desprende de, entre otras tantas, la charla (y el taller) de Jeff Jarvis, el especialista en periodismo social y comunicación de la Universidad de Nueva York. En su encendida defensa de un periodismo al servicio de la comunidad, Jarvis puso en cuestionamiento el modelo del clickbait –la búsqueda de clicks con títulos amarillistas, engañosos o que apuntan al shock– al que ahora nadie quiere defender. El título engañoso y el contenido por fuera de los reales intereses públicos ha caído en franca desgracia, al menos para los que se dieron cita en el Konex. El taller mismo se llamaba “El modelo de negocio luego del clickbait”.

En cierto modo, Jarvis planteó la polémica ante los que postulan que el periodismo solo debe a contar historias. En su alocución esgrimió que ese es, precisamente, el justificativo para llenar los medios de contenidos basura: es lo que vende, son historias atractivas. “Pero no, de lo que se trata es de brindar un servicio a la comunidad”, había dicho en el cierre de la jornada del miércoles, ante una audiencia cada vez más cuantiosa en el auditorio central.

Lejos de premisas antiguas como la objetividad –en efecto, para Jarvis no existe tal entelequia en el quehacer diario de periodistas de todo el globo–, puso el foco en la transparencia como “la nueva objetividad”. Y recalcó la necesidad de recuperar algunos valores tradicionales como el chequeo: la nueva moda es, entonces, la vieja moda. Quizás la única forma de superar el descrédito en tiempos de posverdad sea, precisamente, con más y mejor periodismo.

¿Y qué es el periodismo para Jarvis? “Construir comunidades sobre conversaciones civilizadas, productivas e informadas”, según machacó. Esa parece ser la idea que motivó al medio La Diaria, de Uruguay, a realizar un crecimiento cuantioso en sus audiencias a partir de la búsqueda de, precisamente, generar lazos comunitarios. De ese modo, explicaron en un taller en el que mostraron cómo alcanzaron una docena de miles de miembros a partir de involucrarse en los intereses individuales de la comunidad. Uno de los elementos utilizados fue el de la apertura de canales vía Whatsapp y Telegram para establecer un contacto más directo y cercano. La otra fue hacer encuentros como el que tendrá lugar en unos días en el que vincularán a miembros de la comunidad científica con el universo musical para estrechar lazos (el portal de ciencia de La Diaria es uno de los más destacados). “No es periodismo pero es construcción de comunidad”, señalaron. 

Pero volvamos a Jarvis y su mirada optimista, aunque polémica, sobre los medios. “Somos todos parciales, somos humanos y somos parciales. Incluso los algoritmos que podamos usar son parciales y están hechos por humanos. El problema es que no somos transparentes sobre eso”, indicó Jarvis. Y fue más allá, al pedir que se produzcan campañas de bien público instando a generar medios transparentes y responsables, que se ajusten a los cánones del buen periodismo, la ética profesional y que alienten, otra vez, el foco social. La salida, dijo y replicaron algunos de los presentes, es por fuera de la publicidad y los inversores: se debe apuntar, al menos en su mirada, a la comunidad y a las membresías. Todo un campo a desarrollar como modelo alternativo de negocio. Llamado a los ejemplos, destacó que debe focalizarse más en aquello que cada medio sabe desarrollar, el futuro parece ser de los nichos. Y remarcó, en tono jocoso, los modelos que ha estudiado: Buzzfeed y Vice, uno “sabe hacer gatitos virales, así que podemos hacer que tu mierda sea viral; y el otro sabe hacer cosas cool, así que pueden volver cool a tu mierda”.

El otro foco de la Media Party –y ahí lo interesante– pasa por la forma. Contenido y forma amalgaman productos y, si el contenido lo impulsa el modelo social de Jarvis, la forma la impulsan los gifs y nuevas narrativas, o los bots conversacionales de los que habló Emily Whithrow, de Quartz. Se trata de bots muy sencillos de realizar –cualquier medio puede usarlos– y con capacidad de sostener una conversación con los usuarios en la que la información que se provea surja a partir de una interacción y demanda de los propios interesados. 

Uno de los medios argentinos que implementó su uso es UnoAr, el medio que apunta al público juvenil y que ha utilizado el bot conversacional como un modo de llamar la atención y seducción al lector, según explicó a PáginaI12 Félix Ramallo. De ese modo han podido lograr contar detalles súper específicos y profundos sobre temas complejos como los bitcoins o discusiones de género a un universo muy distinto al que le hablan los medios generalistas o más tradicionales. 

Una vez más, la respuesta parece ser que los medios alternativos y más pequeños buscan sus propios recovecos para promover contenidos diferenciados. Y del modelo de negocios, bueno, de eso nadie puede dar cuenta y nadie sabe hacia dónde irá.