¿Cómo explicar en cinco minutos aquello que quizás supuso años de formación y trabajo? Una de las secciones clásicas del Media Party son las charlas veloces –este año de solo cinco minutos– en el auditorio central. Allí distintos oradores presentan sus proyectos y dan cuenta del modo en que están trabajando periodismo y datos en el ecosistema digital.

La apertura, esta vez, estuvo a cargo de Juan Amorín, que relató el modo en que logró que su investigación sobre aportantes truchos en la campaña bonaerense de Cambiemos, al principio marginal y solo visible en el portal El Destape, ocupara luego el primer plano de los medios de todo el país. La ruptura del cerco mediático y el ninguneo oficial, entonces, se basó en la perforación de la marginalidad a partir de la solidez de la investigación y la amplificación de las redes sociales. De allí a los periodistas más destacados del país y luego a todos los medios. Un caso de éxito en un universo dificultoso. 

Fueron casos de éxito o intentos por cambiar algunos modos dados del periodismo en vínculo con la tecnología. Hubo ejemplos de datos abiertos, de podcasts (Anfibia), de periodismo feminista en Internet (Beba), el Chequeabot (Chequeado) que halla frases chequeables en discursos públicos, una charla sobre la vigencia y preeminencia del correo por sobre las redes sociales, otra sobre la infografía o dataviz y sus dificultades (Sociopúblico), o un mapeo sobre más de 800 medios de la región para saber cómo están orientados y financiados (Sembramedia).