“El punto de partida es que la economía está en recesión. Ni las previsiones más pesimistas pensaban que esto podía pasar. El incumplimiento fiscal va a ser muy duro por caída de la recaudación. No cierran los números. El recorte del gasto va a tener que ser mayor a lo pensado para compensar. Esto va a agregar varios puntos a la desocupación. El viernes se pararon muchas obras y esto sigue. Tendrá consecuencias. A nivel financiero no se va poder bajar la tasa. Están encerrados en una medicina equivocada. Ahora hay una puja distributiva grande y la disputa va a estar en la calle. El dólar frente a cualquier tipo de inestabilidad en el mundo afecta más a la Argentina que al resto de emergentes. Un dato clave es que los inversores externos ya no quieren intermediarios. Están pidiendo que el interlocutor que tiene que viajar para generar confianza sea directamente Macri. Esto indica que la credibilidad en el exterior es muy baja. La señal es mala. El viaje de la última semana a Nueva York no sirvió. Dejó dudas. La acumulación de errores en los últimos dos años y medio fue muy importante y ahora se está pagando caro. El Gobierno está confiado por el apoyo del Fondo pero la realidad es que no tiene política monetaria ni financiera clara. Y el impacto en la economía real es fenomenal”.
* Director del Observatorio de la Deuda de la UMET.