El Gobierno salió a hacer las maniobras habituales. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, negó que los allanamientos a Cristina Fernández de Kirchner sean una persecución política orquestada por la actual administración. La vicepresidenta Gabriela Michetti se mostró dolida porque la ex mandataria le recordó la causa que tuvo por los paquetes de dinero robado de su casa. Hubo una reunión de gabinete en la que dejaron trascender que el presidente Mauricio Macri calculó en 200 mil millones de dólares el dinero robado por el kirchnerismo. El presidente debió reconocer, en declaraciones públicas, que la causa de los cuadernos tendrán un impacto económico. “Genera todavía más razones para que se profundice la recesión económica”, admitió.
Peña atendió a los periodistas para rechazar las declaraciones que había hecho la ex presidenta en la sesión del Senado en la que se aprobaron los allanamientos. Sobre la acusación de persecución política, Peña sacó la raqueta de tenis: “No hay ningún elemento que sustente que ese funcionamiento hoy, a diferencia de lo que pasaba antes, esté motivado por situaciones políticas”, le devolvió. “Hay mucha gente que está diciendo que pasaron cosas ligadas a la corrupción y que el proceso está garantizado para que haya derecho a la defensa, a poder fundamentar su postura y que las garantías estén vigentes”, aseguró Peña, mientras echaban al defensor de CFK de un allanamiento.
“Es algo que tiene que ver con el normal funcionamiento de las instituciones, cosa que es bueno, está funcionando la Justicia, está trabajando de forma independiente, está funcionando el Congreso, entre ambos poderes se genera la conversación necesaria para resolver un pedido judicial”, indicó. Peña aseguró que cuando Macri fue denunciado por “muchos de estos personajes que hoy están presos” se puso a disposición del Poder Judicial. Quizás el jefe de Gabinete olvidó la cantidad de veces que el entonces jefe de Gobierno faltó a citaciones judiciales, como las de la causa por presunto espionaje ilegal de la que fue absuelto tras asumir la presidencia.
Por su parte, la vicepresidenta Gabriela Michetti se mostró ofendida porque la ex presidenta recordó que le robaron dinero de su casa y su empleada doméstica llegó a declarar que recibía dinero en efectivo. CFK puntualizó que nunca la allanaron. “Lo que hizo es un golpe bajo que demuestra falta de respeto y de institucionalidad básica”, se condolió. “Esto lo hacen desde hace mucho tiempo para tratar de decir que en la política todo el mundo roba y somos todos iguales, pero la verdad creo que hay una diferencia brutal”, indicó Michetti.
Macri, en tanto, volvió a hablar de la causa de los cuadernos, aunque no se refirió específicamente a los allanamientos a CFK. “Cuando hablamos del cambios, a plantearnos algo muy profundo que va mucho más allá de la economía, tiene que ver con la forma en que nos vamos a vincular de acá en adelante”, dijo Macri. No obstante, cuando le preguntaron por la economía, debió admitir que “seguramente todo ese proceso de los cuadernos y de salir a la luz tantas cosas genera todavía más razones para que se profundice la recesión económica”.
Previamente, en la reunión de gabinete, dejaron trascender las críticas de Macri a la obra pública durante el kirchnerismo. Según contó uno de los asistentes a este diario, el presidente advirtió que, más allá del dinero que se pueda establecer que fue fruto de la corrupción, en el Gobierno anterior “las decisiones de inversión estaban basadas en la corrupción y no en necesidades reales. Por lo cual la cifra es mucho mayor. Se podría estimar en 200 mil millones de dólares”.