Rex Tillerson, designado por el presidente electo Donald Trump como secretario de Estado norteamericano, criticó hoy el “deshielo” de Estados Unidos con Cuba lanzado por el presidente Barack Obama, porque a su juicio no hubo avances en materia de derechos humanos en la isla. Tillerson, durante su comparencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, cámara que debe ratificarlo o no como responsable de la política exterior de Estados Unidos, lamentó que la apertura entre Washington y La Habana “no estuvo acompañado por ningún tipo de concesión en materia de derechos humanos”. El ex jefe de la petrolera Exxon Mobil lamentó que Estados Unidos no haya hecho que el gobierno cubano “rinda cuentas por su conducta”. “Sus líderes han recibido mucho, mientras que el pueblo ha recibido poco. Esto no sirve los intereses ni de los cubanos ni de los estadounidenses”, añadió Tillerson. El designado secretario de Estado norteamericano es uno de los candidatos más controvertidos al gabinete de Trump. Sus lazos con Rusia podrían dificultar su confirmación en el Senado, después de que el gobierno de Barack Obama y los servicios de inteligencia estadounidenses acusaran al presidente ruso Vladimir Putin de injerencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Tillerson, como ejecutivo de Exxon Mobil, negoció un acuerdo energético multimillonario con los rusos y Putin le entregó en 2013 la Orden de la Amistad, una de las máximas distinciones que se concede en Rusia a ciudadanos extranjeros. “Apoyar los derechos humanos en nuestra política exterior es un componente clave a la hora de dejar claro al mundo entero lo que Estados Unidos defiende”, dijo Tillerson. Sin embargo, “los derechos humanos no pueden ser nuestra única guía de la política exterior”, aclaró.