La Patagonia es la región más afectada por la destrucción de empleo privado registrado. Al ritmo de la pérdida de puestos en la actividad petrolera y las ensambladoras de productos electrónicos, el sur anotó una caída en el nivel de ocupación formal de 10,1 por ciento. El alcance de la crisis observada desde la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada es federal. Ninguna región del país está exenta del impacto sobre la estructura laboral asociado al proceso de apertura comercial, desregulación financiera, devaluación, ajuste fiscal, incremento en las tasas de interés y retracción del mercado interno. Un informe elaborado por el Observatorio de Comercio Exterior, Producción y Empleo (CEPE) de la UMET estima que la cantidad de asalariados privados registrados cada 100.000 habitantes cayó 3,9 por ciento en Cuyo, 2,7 por ciento en el Noreste, 2,0 por ciento en el área pampeana y 1,5 por ciento en las provincias del Noroeste.
A nivel nacional la presencia de trabajadores formales privados se redujo 2,7 por ciento desde noviembre de 2015. “El déficit de creación de puestos de trabajo registrado privado es un rasgo característico de los primeros dos años y medio de gestión macrista. Detrás de la pérdida de puestos de trabajo está el magro desempeño de la economía que impacta en el sector privado y limita las posibilidades de creación de empleo”, advirtió el rector de la UMET, Nicolás Trotta. La disminución de la participación del empleo formal en el total del país es un fenómeno generalizado: cada una de las cinco regiones muestran en el mes de mayo de 2018 un número de trabajadores formales privados per cápita menor al que tenían en noviembre de 2015.
A nivel provincial Santa Cruz y Tierra del Fuego tuvieron las mayores caídas del número de trabajadores cada 100.000 habitantes, con mermas del 19,9 y 16,5 por ciento, respectivamente. También contabilizaron caídas significativas San Luis (12,6 por ciento), Chubut (10,6), La Rioja (10,3) y Formosa (9,2). La provincia de Buenos Aires, por su parte, anotó una pérdida del 3,2 por ciento. “Observamos una falta de creación de empleo formal en todas las regiones. Por eso, hablamos de una problemática federal. Esta crisis del empleo empezó antes de la corrida cambiaria y, sin dudas, se acentuará con la caída de la actividad económica que nos espera”, señaló la coordinadora del CEPE, Paula Español.
El documento publicado ayer advierte que la corrida cambiaria, la aceleración inflacionaria, la suba de tasa de interés y la profundización en la reducción del gasto público empeoran las perspectivas para el empleo registrado en el sector privado. Los registros del Ministerio de Trabajo ofrecen información hasta mayo cuando se registró la contracción mensual más profunda desde enero de 2016. Las actividades privadas se contabilizaron entonces 5900 trabajadores menos que el mes anterior.
La caída está liderada por la industria con una baja mensual estimada en 3400 empleos y una pérdida de 21.300 a lo largo de los últimos doce meses. El sector manufacturero retrocedió en 29 de los 30 meses de gestión de Cambiemos cubiertos por las estadísticas oficiales. Desde que comenzó la presidencia de Macri se destruyeron 82.000 puestos de trabajo en la industria. A la sostenida caída de empleo en las fábricas se sumaron en mayo la parálisis en la construcción y una leve caída en comercio- Las dos actividades que motorizaron la creación de empleo registrado en el sector privado durante 2017 no registraban un comportamiento negativo mensual desde mediados de 2016. La construcción contabilizó 1600 puestos menos que en abril mientras que las actividades comerciales anotaron una merma de 700 empleos.
El informe del CEPE ofrece una dimensión regional para ese proceso. Los investigadores apuntan que en la destrucción del empleo en la región pampeana estuvo liderada por la industria textil, el sector de confección y calzado así como las actividades metalmecánicas. Por su parte, en Cuyo la caída la explica el paupérrimo desempeño exportador de las economías regionales. En tanto, en el área patagónica quienes impulsaron la pérdida de empleo fueron el sector petrolero y complejo de electrónica de consumo. En el Noroeste Argentino, las bajas estuvieron concentradas en los rubros Servicios Empresariales e Industria Textil, de Confección y Calzado mientras que en NEA la caída fue mayoritaria en la Construcción y la Cadena Foresto-Industrial.