Que la educación pública no está viviendo una de sus épocas más gloriosas no debería ser novedad para nadie. Fuertemente atravesada por problemas económicos producto de la política presupuestaria que aplica el Gobierno de la Nación, hablar hoy de educación pública en Argentina pareciera retrotraernos a períodos en donde la enseñanza media y superior estaba más cerca de ser un privilegio para pocos que un derecho inherente a toda persona que pise y habite suelo argentino.

La esperanza, como suele suceder, aparece siempre entre los más jóvenes y claro ejemplo de esto son Lucas Díaz, Ignacio Lembo y Juan Recoaro, tres estudiantes del Instituto Politécnico Superior “General San Martín” (escuela pre-universitaria dependiente de la Universidad Nacional de Rosario) que este año fueron noticia en todo el país por su destacada participación en el Mundial de Física que se realizó durante el mes de julio en Lisboa, Portugal.

 

Los inicios

A pesar de compartir interés y amor por la Física, Lucas, Juan e Ignacio tuvieron distintos inicios y acercamientos al mundo de las ciencias: “Cuando iba a la escuela primaria me gustaba mucho la astronomía y cuando ingresé al Politécnico recuerdo un acto en el que premiaban a los estudiantes que se habían destacado en Olimpíadas anteriores. A las pocas semanas ya había contactado con un profesor para saber cómo anotarme”, cuenta Lucas. “Yo arranqué un poco más de grande, pero cuando me interioricé en el tema Olimpiadas traté de ir a la mayor cantidad de viajes. Creo que me volví medio adicto a las Olimpiadas”, expresó Ignacio entre risas. Por su parte Juan, cuenta: “Me enteré que existía la Olimpiada de Ciencia Junior y que ésta tenía una internacional en Corea del Sur al año siguiente así que dije: me empiezo a preparar ya. Así fue que empecé con todo esto de las ciencias”.

Para llegar al Mundial de Física, Lucas, Ignacio y Juan tuvieron que pasar previamente por las Olimpíadas de Física regionales.

Las Olimpiadas de Ciencia Junior son un evento organizado desde el año 2009 por la Universidad Nacional de Cuyo en el cual participan jóvenes de todo el país con una edad máxima de 16 años: “Todos nosotros antes de participar en las Olimpiadas de Física nos metimos en las Olimpiadas de Ciencia Junior, que tienen Física, Química, Biología en un nivel un poco más accesible teniendo en cuenta la edad a la que apunta. Es casi como jugar con la ciencia”, explicaron los jóvenes.

Para llegar al Mundial de Física, Lucas, Ignacio y Juan tuvieron que pasar previamente por las Olimpíadas de Física regionales: “Primero participás a nivel local en una competencia en la que compite toda la región. Ahí se realiza una prueba teórica y una experimental y con los resultados de esos exámenes se posiciona a los estudiantes de acuerdo a un orden de mérito. Una vez pasada esa etapa, toca la competición nacional, donde van 100 chicos de todo el país y de ahí seleccionan a los mejores para mandarlos a la competencia iberoaméricana y al Mundial de Física”, explica Ignacio quien junto a Juan, Lucas y Marcos Olivera (estudiante de Buenos Aires) quedaron posicionados como los mejores del país y se ganaron el derecho de participar en el Mundial de Física, situación que terminó siendo mucho más complicada de lo que en un principio aparentaba.

 

Las dificultades

Una vez seleccionados los participantes que viajarán al mundial, la Facultad de Matemática, Física, Astronomía y Computación de la Universidad Nacional de Córdoba comienza a involucrar a los estudiantes seleccionados en entrenamientos de cara a la competencia. Sin embargo y a pesar de la ilusión y el esfuerzo puesto por los jóvenes, las dificultades no tardaron en aparecer y tras varias idas y vueltas a Lucas, Juan, Ignacio y Marcos les comunicaron que no iban a viajar al Mundial porque el Gobierno Nacional no había enviado el dinero necesario: “Fue una situación horrible. Uno le pone todo el esfuerzo que puede, no sólo por los viajes sino por amor a la Física. Que no haya un apoyo incondicional fue algo que nos desmotivó muchísimo”, recordó Juan Recoaro.

La situación dio un giro favorable tras la intervención de Juan Farina, docente del Instituto Politécnico Superior y encargado de organizar todos los eventos relacionados con las Olimpiadas a nivel local y regional: “Nosotros pudimos hacer todo lo que hicimos gracias a nuestro profesor Juan Farina, que apenas se enteró le escribió una carta al propio Finocchiaro (actual Ministro de Educación de la Nación) y esa misma semana habló con varios medios de comunicación e hizo que la noticia empezase a circular por todo el país. Pero si ante lo que pasó nosotros nos hubiéramos quedado en el molde, la situación hubiera quedado como estaba”, explicó Ignacio Lembo a la vez que aclaró: “También recibimos apoyo de la Universidad Nacional de Rosario e inclusive estuvimos reunidos con el Rector. Mucha gente nos ofreció ayuda económica, pero no podíamos aceptarla porque si no íbamos a estar poniendo parches a una situación que en realidad era mucho más profunda de lo que aparentaba. Nosotros somos conscientes de que lo que estaba en peligro no era solo nuestro viaje sino la continuidad de todo el proyecto Olimpíadas. Se notaba a las claras que la decisión no era económica, sino política”.

 

El viaje y el Mundial

Finalmente, y gracias a la presión realizada tras la viralización de la noticia, Lucas, Ignacio, Juan y Marcos viajaron junto a un docente a Portugal para participar del Mundial: “Es un país hermoso y con gente muy divertida. En total estuvimos 9 días”, contó Lucas.

Sobre los problemas a resolver, los jóvenes comentaron: “La primera prueba experimental tenía que ver con viscoelasticidad, un hilo parecido a una tanza pero mucho más elástico. La otra prueba estaba relacionada con un transistor de papel y esa complicó a casi todos los que estábamos participando porque es un tema de vanguardia, incluso para los países europeos”, dijo Juan. A la explicación se sumó Lucas, que contó que el examen teórico se centraba en las ondas gravitacionales y en el tratamiento de tumores a través de la nanotecnología.

“Notamos que el Gobierno Nacional no tiene interés en apoyar la educación pública. Por eso estamos participando.”

A pesar de las dificultades antes mencionadas, los jóvenes participantes rindieron de muy buena manera y terminaron obteniendo dos medallas de bronce, superando así a países como Portugal y Croacia y destacándose entre los más de 400 jóvenes de todo el mundo que participaron del certamen.

 

Con vistas al futuro

Actualmente, Ignacio Lembo y Lucas Díaz se encuentran estudiando la Licenciatura en Física, carrera que se dicta en la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario: “La física está presente en todo, inclusive en áreas que la mayor parte de las personas desconoce. Al principio puede resultar muy difícil porque exige mente muy abierta. Los contenidos son muy abstractos y eso hace que a muchas personas les cueste. Nosotros en el Politécnico tuvimos Física desde 1º año y eso nos sirvió mucho para ingresar a la Facultad. Se nota mucho la diferencia de los chicos que vienen de otros colegios o provincias”, explicó Ignacio, que también quiso alentar a quienes tienen interés por la carrera: “El mensaje que le daría a quienes quieren involucrarse en la Física es que no se asusten. Si realmente les apasiona, solo es cuestión de sentarse a estudiar y esforzarse mucho. La carrera te da oportunidades y becas de sobra porque en el mundo demandan permanentemente físicos argentinos”.

Al ser consultados sobre la situación actual que atraviesa la Argentina en materia de educación, los estudiantes fueron muy contundentes: “Hace unos días estuvimos participando en unas jornadas en defensa de la educación pública porque notamos que el Gobierno Nacional no tiene interés en apoyar la educación pública. Nosotros estamos más que convencidos de que lo que nos pasó a nosotros con las Olimpiadas no es algo aislado porque vemos como, entre otras cosas, se dejaron de mandar satélites nacionales al espacio, se terminó el apoyo al INVAP y se recortaron muchos ingresos en el Conicet”, explica Ignacio y ejemplificó: “Una investigación que en otros países lleva 3 meses, en Argentina puede llegar a demorar hasta 3 años por la falta de materiales e instrumentos”. A su voz, se suma la de Lucas, que opinó: “La investigación es el centro de cualquier progreso. Si lo ralentizan, es imposible que el país crezca”.

A pesar de todo lo que les pasó y de que actualmente ninguno está cursando por la situación que atraviesan los docentes universitarios de todo el país, los tres jóvenes coincidieron en seguir apoyando a la educación pública: “Si querés estudiar una carrera de excelencia tenés que ir a la Universidad Pública porque está más que probado que los mejores profesionales siempre salieron de ahí”, comentó Lucas. A su voz se sumó la de Ignacio que expresó: “Sabemos que la educación pública tiene sus cosas, pero también te enseña a ver otras realidades. Es cierto que a veces te afectan situaciones como los paros, pero de esto también se aprende. Estudies lo que estudies, nunca es bueno aislarse de la realidad porque a la larga eso no te sirve”.