“Hoy, soy feliz”. Las palabras de Eva, la joven de 25 años que fue sometida por su padre desde los 13 a los 17, en Reconquista, conmovieron en el acto “inédito” de reconocimiento que le hizo el gobierno provincial, ante la falta de justicia, ya que el acusado fue absuelto. “A quienes pasan o pasaron por lo mismo que yo, les digo que hay salida. Somos perlas valiosas cubiertas de cristal: pueden destruir el cristal, pero no lo que hay adentro”, agregó la mujer. El gobernador Miguel Lifschitz firmó la reparación a la víctima que hoy tiene una vivienda, trabajo estable en el Estado y proyectos de una vida plena. El equipo de mujeres que apoyó y acompañó a la muchacha cuando se atrevió a denunciar, coincidió con el gobernador en que “nada hubiera sido posible sin su coraje y valor”.
A los 19 años, Eva –víctima del caso que se conoció como CER-- denunció en Reconquista que su padre abusaba sexualmente de ella y de dos hermanas. El juez de sentencia de Vera, Julio Muse Chemes, sobreseyó al acusado por entender que no había pruebas suficientes para una condena. La Cámara de Apelaciones ratificó la sentencia y el fiscal no recurrió el fallo, por lo que el caso quedó impune. Con su padre libre, hace seis años que Eva se refugió en Rosario, donde terminó la secundaria, quiere estudiar Trabajo Social y desde ayer es personal de planta de la provincia.
"No hay nada material que compense la violación o la violencia contra una mujer", aseguró Lifschitz tras el acto cargado de emoción. El mandatario destacó la lucha feminista al decir que “no hay sociedad posible, progreso ni desarrollo” sin quienes “vienen haciendo escuela”. Y agregó: “Pocos temas como éste producen un alineamiento tan diverso de la política”.
En el acto, el gobernador dijo que el de ayer fue un “reconocimiento a las luchadoras”; y destacó al movimiento de mujeres de todos los partidos y de la sociedad civil que “ponen los temas arriba de la mesa, generan consenso y movilizan a la opinión pública”. Para Lifschitz, lo que se hizo ayer fue “asumir la responsabilidad del Estado: podríamos decir que no fue en nuestra gestión, que no era éste el poder actuante, pero el Estado es uno solo y prefiero decir que todos tenemos responsabilidad en este atropello”. También mencionó que todavía no hubo sanción para quienes cometieron la “barbaridad jurídica”, que llegó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde se habló de un fallo “sexista”. Al respecto, el gobernador agregó que “hay un sumario judicial que no prosperó demasiado (contra el juez Muse Chemes que el año pasado intentó ascender a camarista, hasta que el movimiento de mujeres actuó para que se retire el pliego). Vamos a asumir el compromiso y las referentes legislativas también permitirán que se avance con un juicio político”. En ese sentido, aprovechó para hablar de la reforma de la Constitución: “Actualmente el juicio político queda en manos de la Corte; la política y la sociedad civil casi no intervienen”.
Eva estaba nerviosa, con las manos apretadas, pero pudo agradecerle a cada una de las que “pusieron su granito de arena”. “Solo les quiero decir a las mujeres que me ven y me escuchan, que se puede salir de esto. A pesar que quienes nos hacen daño, nos acorralen, hay escapatoria. Sé que no es fácil denunciar, que hay dificultades, pero hay gente que está para ayudar, acompañar y contener; a diferencia de los que no hicieron bien su trabajo”, dijo la mujer.
En tanto, la abogada Susana Chiarotti, de Insgenar, dio cuenta del recorrido de la víctima. “Al fin, luego de siete años llegó este momento”, dijo una de las profesionales que acompañó a la mujer. “Voy a nombrar a quienes trabajaron en este caso, porque el patriarcado insiste con que las mujeres somos nuestras principales enemigas. Acá, mujeres de diferentes partidos armamos una red: Soledad Zalazar, ex concejala de Reconquista; la concejala Norma López; Viviana Della Siega –de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito—; la psicóloga Graciela Sosa; Rosa Acosta, de Cladem; y aliadas como Lucrecia Aranda, y las diputadas Silvia Augsburger y Alicia Gutiérrez y las dos abogadas”. También mencionó a la Red Par y a mujeres periodistas.
Entre los reclamos, Chiarotti apuntó a la “ceguera de género en la Justicia”. Y lamentó: “En toda América Latina, menos del 5 por ciento de estos casos son denunciados. Las víctimas no son tontas, saben que pasarán por una picadora de carne. Hay un sistema sin garantías para las denunciantes, que deja impunidad”. En ese punto mencionó a los fiscales que tomaron el caso en Reconquista, que no apelaron la absolución cuando “era su obligación”; y porque “mandaron a la prensa datos de la víctima”.
Gabriela Sosa, subsecretaria de Políticas de Género provincial, destacó que el caso de Eva deja un mensaje claro: “Es posible una vida sin violencias”, dijo.