Los dirigentes de la Ctera, el principal gremio docente del país, advirtieron que habrá un inicio de clases conflictivo si el Gobierno no convoca la paritaria nacional. “Lo que están anunciando es que van a incumplir una ley, lo que es muy grave”, señaló la secretaria general de esa federación sindical, Sonia Alesso. La intención de la Casa Rosada es ponerle fin a la paritaria que todos los años fija el piso salarial de los maestros, cuestión que quiere dejar, de ahora en más, en manos de las provincias. En cambio, sólo convocaría a una negociación para hablar de condiciones de trabajo, sin fecha. La medida fue adelantada por el jefe de gabinete del Ministerio de Educación, Diego Marías, al mismo tiempo que el presidente Mauricio Macri anunciaba la flexibilización laboral de los trabajadores petroleros.
La paritaria federal docente se realiza desde hace nueve años. Su objetivo es establecer un salario por debajo del que no puede quedar ningún maestro del país. Los sueldos docentes están a cargo de las provincias, pero el Estado nacional garantiza así un piso de ingresos en todas las escuelas. Históricamente, la Nación viene auxiliando con fondos para llegar a este piso a siete provincias, las de menores recursos. El acuerdo salarial de La paritaria nacional es tomado como una referencia para las negociaciones provinciales.
En la negociación nacional del año pasado, los gremios obtuvieron un aumento del 40 por ciento. Esto generó fuertes críticas de los gobernadores, que se quejaron ante el gobierno nacional con el planteo de que no podían afrontarlo, y que generaba expectativas altas en los trabajadores estatales. El esquema que maneja ahora Cambiemos es que el tema sea definido por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con los gobernadores, a los que convocaría a una reunión en febrero.
La titular de Ctera, sin embargo, remarcó que el Ministerio de Educación “está obligado a convocar a la paritaria nacional porque así lo dice el artículo 10 de la Ley de Financiamiento Educativo. No se trata de algo que pueda omitir a voluntad; hay una ley que debe cumplir”. Para Alesso, lo que el macrismo está buscando “es poner un techo a los salarios docentes de todo el país, por medio de negarse a fijar un piso salarial nacional”.
Uno de los argumentos esgrimidos para omitir la paritaria federal es que en la negociación del año pasado quedó establecido que el piso salarial docente deberá superar siempre, en un 20 por ciento, al mínimo vital y móvil. Esta cláusula, dicen en Cambiemos, vuelve innecesario fijar un nuevo piso para los sueldos docentes.
Eduardo López, secretario gremial de Ctera, señaló que ese acuerdo “fue sin dudas un avance, una solución a la pérdida del poder adquisitivo del salario docente en tiempos de inflación alta; pero se trata de un piso, no un techo”. “Las leyes –agregó– están para cumplirlas. Es gravísimo lo que están haciendo, porque no es que no nos pongamos de acuerdo en el ámbito de la negociación, sino que ni siquiera quieren que exista ese ámbito. Es volver a los 90.” El dirigente destacó el funcionamiento de la paritaria nacional bajo el kirchnerismo: “La paritaria nacional ordenó el funcionamiento de las escuelas. Hubo un par que no fueron buenas, aún con Cristina Kirchner, pero es un espacio imprescindible. Antes de la Ley de Financiamiento Educativo, había 24 inicios de clases distintos y 24 salarios totalmente dispares. Esto se hizo más igualitario con la ley de financiamiento; la diferencia salarial puede ser de 1 a 1,70 por ciento; antes era de 1 a 5 por ciento”.
Por otra parte, en la paritaria nacional se discuten otros temas que hoy están en rojo, como los planes de capacitación docente –el ministerio acaba de ponerles fecha de cierre a los postítulos de Nuestra Escuela, lo que implicará el despido de tres mil tutores virtuales– y los programas socioeducativos –orquestas juveniles, Plan Fines–, donde a pesar del compromiso de mantenerlos, hubo despidos a lo largo de todo el año pasado. La continuidad laboral de estos trabajadores –los únicos docentes del Estado que no tenían estabilidad en sus empleos, por estar bajo contrato–. “Se subejecutaron todos los programas”, señaló Alesso, tras advertir que la Ctera llamará a un congreso en los primeros días de febrero para definir medidas de fuerza.