La oferta de créditos tradicional está cambiando a pasos acelerados en el mundo. Las nuevas tecnologías hacen furor en los países desarrollados permitiendo conectar a distintos tipos de inversores con individuos y empresas que necesitan capital. Los mecanismos de intermediación de la banca convencional empiezan a perder protagonismo debido a los emprendimientos fintech con sistemas novedosos para distribuir el financiamiento y analizar el riesgo de repago. El uso de inteligencia artificial, aprendizaje automático, computación en la nube, redes descentralizadas son las claves para reducir los costos en el sector y permitir que nuevos jugadores compitan en uno de los negocios más antiguos del mundo: prestar capital.
El crowfunding es uno de los mecanismos de financiamiento más promocionados en los últimos años. Se trata de plataformas que le permiten a una empresa o un individuo obtener capital a través de aportes colectivos de muchos participantes. Los fondos recaudados como préstamos generan la obligación de devolver el dinero en cierto plazo y con determinado nivel de interés. La otra opción de financiamiento que empezó a ganar popularidad es la del alternative lending. Las empresas no bancarias se ocupan de ofrecer crédito a otras empresas e individuos particulares aprovechando algunas ventajas de la regulación y el dinamismo de la tecnología.
“Las alternativas de las fintech para potenciar las capacidades de financiamiento abren grandes oportunidades y tienen un enorme potencial”, mencionó a Cash Rafael Karamanian, un empresario argentino con larga trayectoria en el sector. Rafael junto con su hermano Armen fundaron en Suiza la firma Lendity. La apuesta fue agregar valor e innovación en el ecosistema de préstamos alternativos. La propuesta permite a los capitales institucionales (fondos de pensión, gestores de activos, family offices, entre otros) invertir parte de su capital en los créditos ofrecidos a través de las plataformas fintech. Lendity compra las carteras de crédito otorgado a través de estas plataformas y las diversifica en forma inteligente para que sean adquiridos por los inversores institucionales sin generar problemas normativos.
“Las posibilidades de innovar en Suiza son enormes. Es un país que apuesta en forma permanente por las nuevas tecnologías porque sabe que es la única forma de conservar su liderazgo mundial”, aseguró Karamanian, quien viajó el mes pasado a la Argentina junto con una comitiva de empresarios y diplomáticos suizos para participar en un evento de impulso para proyectos fintech entre ambos países. Blockchain, bancos cien por ciento digitales y préstamos inteligentes son negocios en los que pueden aprovecharse sinergias entre Latinoamérica y el Viejo Continente.
La Argentina es un motor de innovación financiera y tecnológica en la región. Uno de los emprendimientos más interesantes que comenzó en el país y ahora se extiende por México y Perú es Afluenta, una plataforma de finanzas colaborativas. La propuesta de la firma es conectar a través de internet (sin papeles ni sucursales) a personas que necesitan un crédito con individuos o empresas que tienen un capital disponible para prestar. No existe intermediación bancaria y los costos de mantenimiento del sistema son menores respecto de los sistemas tradicionales, lo cual se refleja en menores tasas de interés en los créditos. “Llegar a 100 millones de pesos en créditos nos llevó casi 4 años, y en los últimos dos años quintuplicamos esos números para superar los 500 millones”, dijo el fundador de Afluenta Alejandro Cosentino.