Más de 1300 personas pasaron ayer por la carpa que la Asociación de Anestesia Analgesia y Reanimación de Buenos Aires armó en Plaza Irlanda para el evento anual de entrenamiento gratuito y masivo en Reanimación Cardiopulmonar (RCP). Silvina Pantaleone, médica anestesióloga y entrenadora en RCP, aseguró: “Capacitarse en RCP es el acto más solidario que existe, ya que uno siempre lo aprende para ayudar a otros, es obviamente imposible hacérselo uno mismo. Sin necesidad de conocimientos previos o de habilidades especiales, uno puede salvar una vida”. En turnos de 30 minutos, cien personas a la vez aprendían la técnica de RCP, que consiste en compresiones torácicas rítmicas y respiración boca a boca. “La RCP triplica las posibilidades de sobrevida. Por eso es importante que todos sepan qué hacer en caso de muerte súbita, ya que el 90 por ciento de estas situaciones se dan casi siempre fuera de los centros de salud. Lo primero que hay que hacer frente a una emergencia de este tipo es revisar el nivel de conciencia del afectado. Si no responde, se pide inmediatamente ayuda al 107 (si puede hacerlo otro, mejor) y uno comienza a hacer las compresiones torácicas”. La RCP “hace que la sangre fluya hacia el corazón y el cerebro ante un episodio de muerte súbita” y añadió que “básicamente, esas técnicas ayudan a revertir ese cuadro cardíaco”. El curso termina con la enseñanza y práctica de la maniobra de Heimlich, que se usa para ayudar a una persona que se atoró y se está ahogando.