Sin brillar pero sin dejar lugar a que el rival le imponga condiciones, Rosario Central venció ayer por 2-0 a San Martín de Tucumán en el Gigante de Arroyito y mantuvo la punta de la Superliga. Washington Camacho, a los 31 minutos del primer tiempo, abrió la cuenta con un tiro desde afuera del área que Ignacio Arce no pudo controlar; a los 79, Fernando Zampedri liquidó la historia luego de una muy buena jugada encabezada por Alfonso Parot.
Central, que es líder con puntaje ideal, justificó la victoria luego del primer tanto ya que desde entonces fue superior casi siempre ante un adversario que se mostró ordenado para defenderse, pero que padeció el trámite cuando tuvo que ir en busca de la igualdad.
Como ocurriera durante gran parte del encuentro, Central manejó casi siempre la pelota, pero no siempre eso le significó ser profundo. De hecho, hasta abrir el marcador hizo circular bien la pelota aunque le costó meter un pase filtrado capaz de desarmar el orden de San Martín.
Por eso, fue un buen recurso del tiro desde lejos y, en ese sentido, Camacho aprovechó una “pifia” de Matías Cahais y pudo abrir la cuenta con un zurdazo.
A partir de ahí, se vio lo mejor del equipo de Edgardo Bauza, que mostró como principal arma para atacar la franja izquierda, donde se proyectó de manera muy criteriosa el chileno Parot.
En el complemento, Central por momentos perdió la pelota y San Martín demostró tener muy pocas ideas a la hora de atacar ya que se repitió en pelotazos largos que le facilitaron el trabajo a los seguros centrales Matías Caruzzo y Oscar Cabezas.
Sin embargo, terminó liquidando la historia en una jugada que comenzó con la buena pegada de Néstor Ortigoza, siguió con una pared entre Parot y Camacho para que, luego de un centro del chileno, Zampedri le cambiara la trayectoria al balón y sentenciara la historia.
Con cuatro goles a favor y ninguno en contra, el Central de Bauza comienza a afianzarse como un equipo que no será fácil de derrotar por su orden y porque sabe pegar en los momentos justos.