Vélez y Banfield empataron 1-1 ayer por la mañana en Liniers en un encuentro donde los festejos llegaron al final. Fue la primera igualdad para los elencos de Heinze y Falcioni –bien recibido por su pasado en el Fortín– en la Superliga, donde ya acumulaban un triunfo y una derrota.
A partir de la conducción de un movedizo Vargas, el equipo local llevó las riendas del partido y fue haciendo, con el correr de los minutos, figura a Arboleda en el arco del Taladro. A pesar de no lucirse con grandes atajadas, el uno colombiano fue varias veces exigido por los atacantes del Fortín, quienes no gozaron de una jornada certera en la definición.
Del otro lado, Banfield priorizó el orden defensivo y, si era posible, dar el batacazo como visitante con algún contragolpe. Esa fórmula se materializó cerca del final, cuando Bouzat derribó a Gómez en el área y le dio la posibilidad a Cvitanich de poner el 1-0 de penal. Pero, inesperadamente, fue con la ventaja cuando más incómodo estuvo el Taladro. Para colmo, el empate local llegó de pelota parada, el gran fuerte de los equipos de Falcioni. A los 88, Salinas –quien había ingresado unos minutos antes– puso el 1-1 tras recibir una habilitación de un compañero en posición adelantada y le dio un poco de alivio al siempre nervioso Heinze.