PáginaI12 En Colombia
Desde Medellín
El final del conteo de la consulta anticorrupción estuvo de infarto. Faltaron apenas unos 500 mil votos para alcanzar el umbral. Pero una vez más, Colombia fracasó en las urnas al ser consultada por cambios profundos en las reglas de juego del país: antes fue la paz, hoy es la corrupción. Se necesitaba un poco más de 12 millones de votos. Se lograron 11. Aunque no pasó, la votación de ayer fue un hito pues superó incluso los números que alcanzó el nuevo presidente Iván Duque. Sin embargo, Colombia expresó en las urnas que está harta de que los políticos se roben el país.
Pese a la oposición a la consulta de parte de la derecha que acaba de llegar a la Casa de Nariño, millones de colombianos se movilizaron para responder siete preguntas. Siete veces sí, proponía la principal promotora de la consulta, la senadora Claudia López del Partido Verde. El cuestionado líder de la derecha hoy envuelto en líos judiciales, Alvaro Uribe, acusó desde su cuenta de Twitter a la senadora López y los demás promotores, entre ellos Gustavo Petro líder de la izquierda, de haber desperdiciado 300.000 millones de pesos colombianos, el costo logístico. Aunque el mismo Uribe y toda la bancada del Centro Democrático aprobara en Congreso la realización de la consulta, después retiraron su apoyo, lo que en regiones donde está su más alto capital político como Medellín y Antioquia se vio reflejado en bajísima participación. En cambio, en regiones como Caldas y Valle del Cauca se aumentó el número de votantes con respecto a los comicios presidenciales.
En total son 36 millones los colombianos habilitados para votar. Y por ley, la tercera parte debía salir a las urnas para considerar válida la Consulta Anticorrupción. Por eso el umbral de 12 millones 140 mil votos. Esta fue la primera consulta popular nacional, un mecanismo definido en la Constitución que hasta ahora solo se había realizado a nivel local –el de la paz fue referéndum–. La Consulta Anticorrupción pretendía cambios estructurales, a través de forzar cambios en las leyes, para reducir el sueldo de los congresistas y otros cambios que apuntan a cuidar el presupuesto público y disminuir el poder de los políticos que, desde sus tronos, se apoderan del país poco a poco durante años de ejercicio
La transparencia, con cambios exigidos como por ejemplo que rindan cuentas de sus ingresos, que hagan públicas sus declaraciones de renta –Uribe se niega rotundamente–, y que no puedan estar más de tres periodos en los cargos de elección popular, fueron algunas de las apuestas de la consulta. Además, se buscaba que la ciudadanía pudiese tener participación en la decisión del presupuesto público.
La rabia y la indignación por escándalos de corrupción como los de Odebretch, Transmilenio, o empresas prestadoras de servicios de salud (eps) que la derecha privatizó para manejar la salud como negocio, llevaron a más de 11 millones de ciudadanos a las urnas. “Es impresionante”, dijo Navarro Wolf del Polo Democrático uno de los promotores quien destacó que ese margen de personas no solo de izquierda, sino que representan al ciudadano de a pie. Además recordó que esta consulta se hizo sin publicidad, sin “tamales”, es decir sin incentivos económicos para votar como es común en Colombia, y con una energía juvenil muy grande. Navarro, ex guerrillero, apareció junto a los demás promotores en un “reguetón de la corrupción” para atraer la atención de los colombianos que son apáticos a la política. Según el número de votos, lograron levantar conciencias en muchos que antes no se han acercado a participar en la vida pública.
En Medellín, Marlon Vargas, de 30 años, se acercó a su puesto de votación para marcar sí en las siete preguntas. “Voté porque luego de la posesión presidencial creí que esta consulta nos haría dar un impulso de esperanza para seguir en resistencia, porque estoy convencido de la necesidad de cambiar”, expresó a PáginaII2 sintiéndose desesperanzado porque no se logró el umbral necesario para forzar el cambio de ley inmediato, aunque el presidente Duque podrá igualmente impulsar las reformas como bajar el salario de parlamentarios de 40 salarios mínimos a 25 por otros medios.
En todo caso, mañana los sectores alternativos radicarán los proyectos de ley que no pasaron en medio de una campaña sucia de mentiras promovida por quienes no quieren perder sus beneficios. El presidente Duque votó la consulta, sin embargo su partido no. El primer mandatario y los políticos y funcionarios en general deberán escuchar el llamado de los 11 millones 500 mil colombianos que exigen un cambio pronto para que, los recursos que se pierden en corrupción, sean invertidos en salud, rutas, educación y bienestar para el común de la gente.