A Bastian, de apenas dos meses, lo dejaron sin su papá. En la madrugada del 12 de agosto, Christopher “Bocha” Rego fue asesinado por la espalda cuando intentaba eludir un control de Prefectura en Nueva Pompeya. La respuesta del Ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich, promotora de la doctrina Chocobar, llegó tarde pero con abundancia: dos bolsas de pañales, cuatro cajitas de leche y algunas prendas de vestir. “Yo no quiero nada de ellos, no me interesa que me den nada, porque a mi hijo nadie me lo va a devolver. Pero que por lo menos sepan que mi nieto es varón. Mandaron ropita rosa y ni siquiera de su número”, se indignó Jorge Rego, papá de Christopher.

“Cuando pasó todo lo de mi hijo, los medios me preguntaron si se habían comunicado desde el gobierno y les dije que no. Recién ahí decidieron acercarse. Vinieron a verme, la semana pasada, el director de Violencia Institucional, Daniel Barberis, y otras 3 personas más. ‘Vengo a dar la cara’,  me decían. Se jactaban que habían hecho justicia”, relató Jorge a PáginaI12. Y continuó: “No, mi señora, mi otro hijo y yo los metimos en cana a los prefectos. Mi hijo consiguió el testigo y fuimos los tres a Homicidios, donde se portaron espectacularmente bien con nosotros, al igual que el fiscal Pablovsky y la jueza. Barberis se quería hacer el que resolvió el caso en 2 minutos y no fue así. Fuimos nosotros los que nos movimos para encontrar a los culpables”.

Luana, pareja de Christopher, decidió irse a vivir a la casa de su mamá con Bastian, su hijo de dos meses. “Mi nuera no quiso ir más al lugar que alquilaba junto a Bochita. Es todo muy reciente. Además, no puede afrontar el alquiler sola. Se tuvo que ir a vivir a la casa de la madre y ahí fueron a verla Barberis y los hombres que me habían visitado a mi. Tardó en reaccionar sobre lo que habían hecho, y después me llamó indignada y me dijo: ‘¿Podes creer lo que me mandaron? Me mandaron ropa rosa’”, contó Jorge. “A mi me pasó algo que nunca creí que me iba a pasar. Que te maten a un hijo es lo peor que te puede pasar. El gobierno no hizo nada, nada de nada. Yo no quiero nada de ellos, pero por lo menos que sepan que es varón. No puede ser que manden ropa de nena, dos bolsas de pañales, dos leches chiquitas y dos grandes y con eso crean que ya está”, agregó. 

“Después de que se fueron, miré bien lo que me habían dejado y no lo podía creer. Les mandé un mensaje y les dije que se habían confundido. La verdad es que se podrían haber fijado. Estuvieron con mi nene, vieron que era varón”, contó Luana, pareja de Christopher.

El pasado viernes 17 de agosto, uno de los ocho prefectos detenidos por el crimen confesó haber disparado contra la camioneta que manejaba el joven al momento de su muerte. Según fuentes de la investigación, el ahora exoficial Pablo Britez, que quedó imputado por “homicidio agravado”, reconoció la autoría de los disparos y relató lo sucedido: junto a un grupo de prefectos estaban realizando controles en la zona cuando intentaron parar a la camioneta Peugeot Partner blanca que conducía Rego. Como no se detuvo, Britez lo corrió y le apuntó de frente con su arma para que frenara el vehículo. Cuando el joven lo esquivó e intentó escapar, Britez –en claro abuso de su autoridad– disparó dos veces contra la camioneta. Después, según registraron videos aportados por testigos del hecho, los uniformados se acercaron al vehículo, recolectaron las vainas y se dieron a la fuga. 

Según relataron sus familiares, el domingo 12 de agosto Cristopher volvía de dejar a un amigo en su casa, cuando se topó con el control. “Como se había olvidado los papeles de la camioneta recién comprada en la casa, se asusta y se escapa”, afirmó Jorge, al explicar por qué su hijo evitó a los uniformados.