El Gobierno de la Ciudad amplió el presupuesto 2018 en más de 23.500 millones de pesos, de los cuales el 50 por ciento será destinado al pago de deuda y de intereses y sólo el 5,98 por ciento a salarios. Los docentes recibirán a partir de septiembre un aumento de 600 pesos, mientras que los empleados municipales recibirán 5 mil pesos por única vez. Además el Ejecutivo porteño tomará deuda por 300 millones de dólares y ampliará el gasto en un 10 por ciento.
Una vez más, el gobierno porteño prioriza el pago de deuda e intereses por sobre la inversión en educación, salud y recomposición salarial. Desde que asumió el Pro en la ciudad de Buenos Aires en 2007 el presupuesto en Educación se redujo 10 puntos.
Desde el FIT, el legislador Gabriel Solano explicó que en la ciudad hay “una reducción de salarios significativa a trabajadores municipales, de la salud, y a los docentes”, y subrayó que esta ampliación del presupuesto “viene a convalidar esa reducción porque prácticamente para salarios no hay nada y sí hay un enorme porcentaje que se aumenta para el pago de la deuda”.
Con 42 votos positivos, 11 negativos de Unidad Ciudadana (UC) y del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) y Autodeterminación y Libertad (AyL), y 5 abstenciones del bloque Peronista (BP) y Generación para un Encuentro Nacional (GEN), el gobierno porteño ya tiene aprobada la ampliación presupuestaria y la autorización para endeudarse en 300 millones de dólares.
Según explicó Solano a PáginaI12, su bloque rechazó la ampliación del presupuesto y la autorización para tomar deuda porque “es un cheque en blanco para Horacio Rodríguez Larreta”.
“La deuda va a ser en dólares pero no dicen cuál es la tasa de interés ni cuáles son los plazos. Y el objetivo del endeudamiento, que ellos dicen que va a ser para hacer obras, no justifica ningún tipo de endeudamiento en dólares porque son obras que sus gastos son en pesos. Y ya se ha tomado otras veces deuda en dólares para este tipo de obras que nunca se hicieron”, agregó.
Para el legislador del Bloque Peronista, Santiago Roberto, debido a que la mitad de la ampliación será utilizada para pagar deuda e intereses es motivo suficiente para no estar de acuerdo. “Los fondos que van para educación, para salud y para cumplir con los convenios colectivos de trabajo son mínimos”, enfatizó.
“Sòlo el 5,98 por ciento de la ampliación presupuestaria se destinará a los salarios. Una vez más las prioridades del Gobierno porteño pasan por otro lado. Las sumas fijas acordadas para el personal estatal y médicos municipales serán de 5 mil pesos, pero para los docentes, solamente de 600”, precisó Roberto en diálogo con este diario.
Desde el bloque de Evolución, que el año pasado no acompañó el presupuesto 2018, justificaron la ampliación solicitada por el Ejecutivo porteño al sostener que era necesario readecuar las partidas al proceso inflacionario. El legislador Juan Nosiglia explicó a PáginaI12 que la ampliación presupuestaria “es un método que viene usando el PRO desde que asumió la administración para readecuar las partidas del presupuesto en función de los procesos inflacionarios, las negociaciones paritarias que se dan algunas a mitad de año o empezado el año”. Nosiglia justificó el apoyo de su bloque a la ampliación aprobada la semana pasada al sostener que “al mismo tiempo” son “responsables con el presupuesto porque es el instrumento para llevar adelante la gestión del gobierno que eligió la mayoría de los porteños y hay una dificultad económica importante”.
Para el legislador de Evolución son muchas las diferencias que tienen con el Ejecutivo y precisó que “hay una postergación en inversión social, en educación y salud. Desde el 2007 cuando asumió el PRO el presupuesto total de la Ciudad en educación cayó unos 10 puntos, representaba el 27 por ciento en 2007 del presupuesto total y hoy representa un poco más del 18 por ciento. En salud sucedió algo similar. Y lo que vemos es un mal gasto en obras que consideramos innecesarias, como la duplicación de obras por falta de planificación y los millones que gastan en publicidad y propaganda”, remarcó.
En cuanto al endeudamiento, Solano explicó que lo justifican diciendo que es para la urbanización de villas y para una actualización de obras en el subte, sin embargo, según el legislador, “ya se votó en otras oportunidades para el Subte B y su señalización nueva. Siempre votamos doble para las mismas obras que no se hacen”, enfatizó Solano, quien además explicó que “en diciembre del año pasado por presión del Gobierno nacional, se redujeron en la Ciudad impuestos a las empresas y el impacto fiscal negativo fue casi de 4 mil millones de pesos y ahora se pide una deuda por una suma superior”.
“O sea que le sacamos impuestos a las empresas y vamos a cubrir ese déficit fiscal que se armó con endeudamiento que después va a ser afrontado por la Ciudad de Buenos Aires”, concluyó.