Escasa de pruebas contra Cristina Fernández de Kirchner, la coalición judicial-política-mediática que opera desde Comodoro Py se dispone a poner en juego al que quieren presentar como el súperarrepentido: José López. El ex secretario de Obras Públicas está virtualmente condenado porque le encontraron 9 millones de dólares que tiró en el convento de General Rodríguez, dinero cuyo origen nunca pudo explicar. El ex funcionario mintió de manera ostensible en el juicio oral a principios de agosto, dando una versión que se cayó con una simple revisión de los videos de la noche en que huyó de su vivienda, por un sórdido conflicto con su ex esposa, y llevó la plata recogida en coimas para esconderla en el convento. En el penal de Ezeiza, López estaba solo, prácticamente no recibía visitas por la pelea familiar, tenía un visible deterioro psicológico y se ve que recibió la oferta de “arrepentirse” en la causa de las fotocopias de los cuadernos. Todo indica que está dispuesto a decir lo que le pidan, porque ya no tiene nada para perder y, además, recibió a cambio la reubicación en una cómoda unidad policial de Palermo.
Expectativa
Durante el domingo, el fiscal Carlos Stornelli elogió la buena condición mental de José López, algo que ya denota que el dúo Stornelli-Claudio Bonadio está preocupado porque lo quieren presentar como súperarrepentido y saben que no está muy en sus cabales. En la audiencia del juicio oral, el 10 de agosto, se lo vio con dificultades para hilar el relato. En ese momento algunos preguntaban si su delay en la expresión tenía que ver con que estaba leyendo (no era así) o con que había ingerido algún tranquilizante. Stornelli el domingo dijo: “No lo veo un hombre desquiciado” (sic).
Se ve que lo están coacheando porque, en paralelo, algún editorialista vaticinó que “cuando se conozca la declaración de López, los senadores no tendrán más remedio que votar el desafuero de Cristina”.
En verdad, aún si López exhibiera alguna prueba, la investigación podría continuar, incluso llegando a un juicio. Luego, tras la apelación, con una eventual condena firme, podría debatirse el desafuero. Ese es el espíritu de la norma.
Mentiras
El ex secretario de Obras Públicas llegó casi condenado al juicio por los 9 millones de dólares. Es que nunca pudo justificar de dónde sacó la plata, salvo la lánguida frase: “es dinero de la política”.
Ante los jueces Adrián Grünberg, José Michilini y Ricardo Basílico, el ex funcionario dijo, por ejemplo, que él no tenía la plata en su casa sino que la noche del 14 de junio de 2016 vinieron tres personas, con los 9 millones de dólares, se los entregaron y lo obligaron a ir hasta el convento, mientras lo “escoltaban” en una moto y un auto. Los videos del recorrido demuestran con nitidez que López iba muy solo desde Talar de Pacheco hasta General Rodríguez, en su Meriva, sin que se viera ningún otro vehículo ni atrás ni adelante.
Cuando el juez Daniel Rafecas allanó la casa de López, en Talar de Pacheco, encontró sobre la mesa dos platos servidos, sin terminar. Y en las habitaciones, percheros tirados por el piso. Todo evidencia que López tuvo una furibunda pelea con su esposa y que ella tomó sus cosas, su ropa y se fue. El motivo de la pelea –según el rumor extendido– era la evidencia de una sórdida relación del ex funcionario. Sea como sea, parece que López pensó que su esposa lo iba a denunciar, por lo que tomó los 9 millones que tenía escondidos en el suelo de una habitación oculta al lado del tanque de agua, y pensó que el mejor lugar donde guardar el dinero, en un bolso y una valija cerrada, era el convento de General Rodríguez.
Que el dinero estaba en su vivienda lo declaró el propio López en la instrucción ante Rafecas y el fiscal Federico Delgado. Lo hizo para evitar que se impute también a su ex esposa. Pero, además, ya en aquel momento había evidencia de que el ex secretario de Obras Públicas sufría un desequilibrio mental. El mismo contó que no podía dormir de noche y que lo perseguían.
La prueba adicional que detectó Rafecas es que los billetes estaban húmedos, producto de ese piso escondido que tenía contacto con el tanque de agua. Todo indica que fue juntando el dinero, cobrado en coimas a distintas empresas, y lo tenía escondido al lado del tanque de agua.
Más mentiras
Cuando groseramente sacaron de la cancha al defensor particular de López, Norberto Frontini, el defensor oficial Gustavo Kollmann terminó de armar la jugada para que el ex funcionario fuera aceptado como “arrepentido”. Su declaración está bajo resguardo, pese a que no hay ahora secreto de sumario. El argumento con que el juzgado oculta la declaración es: “estamos trabajando con ese material”.
No obstante, filtraron algún dato, como la referencia a que le entregó dinero a Eduardo De Pedro para Justicia Legítima. María Laura Garrigós de Rébori, titular de la agrupación, explicó que su organización no se movió nunca con donaciones sino con el aporte, con tarjeta de crédito, de sus afiliados. Todo se ingresó al Banco Nación y los gastos se pagaron con cheque.
La totalidad del ambiente judicial repudió la jugarreta del diario La Nación, que colocó la filtración como principal título de tapa. Los supuestos dichos de López no tenían la menor credibilidad.
Estrella
Parece que en Comodoro Py los antecedentes de mentira de López no provocan desaliento. Los trascendidos indican que van a usar al ex secretario como la pieza que les falta en el rompecabezas: el súper-arrepentido. Hoy por hoy, imputaron por enriquecimiento ilícito a CFK, Julio De Vido, Roberto Baratta, pero no les encontraron ni cuentas ni sociedades ni propiedades ni bóvedas ni dinero escondido. Todo se centra en que parte de los bolsos, según Claudio Uberti y el chofer Oscar Centeno, se llevaban al departamento de la calle Uruguay. La defensa de CFK niega toda verosimilitud a los dichos de los “arrepentidos”, pero además sostiene que la ex mandataria “jamás” estuvo en ese departamento entre 2003 y 2015.
Desde ya que el ex funcionario estuvo en contacto con las empresas, manejó obras, intervino en proyectos de envergadura como el soterramiento del ferrocarril Sarmiento y se quedó al menos con 9 millones de dólares en coimas. López debió conocer de cerca el desfalco que admitió Carlos Wagner: el llamado club de la obra pública, con licitaciones arregladas, precios pactados y coimas pagadas a funcionarios.
La jugada que se prepara es que López apunte a Cristina. “Lo van a usar como el chirolita del juzgado. Le van a hacer decir todo lo que ellos quieran. El problema es que no van a tener cómo probarlo”, adelantaron los abogados de la ex mandataria, previendo el próximo paso que preparan en Comodoro Py.