–¿Van a seguir dándole obra pública a empresas cuyos directores y dueños dijeron públicamente en la Justicia que le pagaron coimas al Estado para ganar licitaciones? –le preguntaron ayer a los funcionarios del gobierno luego de que aseguraran que para acceder a contratos de obra pública alcanzará con adherir a un nuevo régimen de ética y transparencia. 

–Las personas jurídicas bajo el régimen argentino son distintas de las personas físicas que componen su directorio o son sus accionistas y esto no se puede distinguir... Perdón, se debe distinguir, no se puede confundir.–respondió el procurador del Tesoro, Bernardo Saravia Frías, quien intentó salvar a las compañías más allá de lo que hayan hecho sus directivos y terminó enredándose en el intento.

El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, también sostuvo que “hay que separar a las empresas de las personas que cometieron actos contrarios a la ley”, aunque ese no pareciera haber sido el criterio utilizado por el Ministro de Energía, Javier Iguacel, cuando el mes pasado recibió en su despacho al embajador de la República Popular China, Yang Wanming, y le pidió que gestione la salida de Electroingeniería del proyecto de construcción de las centrales hidroeléctricas Condor Cliff y La Barrancosa, debido a las acusaciones de corrupción que pesan sobre su vicepresidente, Gerardo Ferreyra, actualmente en prisión. Según reveló el portal Infobae, Iguacel le sugirió al embajador la posibilidad de que Gezhouba e Hidrocuyo le compren la parte del negocio a sus socios cordobeses.

Dietrich también buscó mostrarse comprometido con la situación que deben estar viviendo los trabajadores de las empresas investigadas. “En muchas trabajan miles de personas que no tienen absolutamente nada que ver con esto y que no solo deben sentir angustia sino también bronca por lo que han hecho los directivos de sus compañías. Estamos hablando de personal administrativo, personal de limpieza, operarios, ingenieros, contadores y abogados que frente a la incertidumbre pueden tener temor sobre la continuidad de su puesto de trabajo. Nosotros estamos comprometidos como gobierno en cuidar el trabajo”, aseguró. Es la primera vez que Dietrich manifiesta esa preocupación, pese a que durante su gobierno ya hubo 82.000 despidos solo en la industria manufacturera.