Frente a la actual crisis económica, muchos estudiantes consideran que aprender idiomas mejora el acceso al ámbito laboral o profesional. A pesar de que existen múltiples razones para estudiar una lengua, es frecuente considerarla un valor agregado a la hora de obtener un trabajo, sobre todo en tiempos donde las posibilidades escasean. 

Si bien la motivación más recurrente está vinculada con la inserción en el universo laboral, existen otras causas que determinan el aprendizaje de idiomas: acceder a becas de estudio, realizar viajes al exterior, ampliar el acervo cultural, prepararse para un mundo globalizado, mantener una tradición familiar, conocer diferentes culturas, entre otros intereses. 

Ante este panorama, los centros de idiomas que se gestaron en universidades públicas de todo el país se fueron convirtiendo a lo largo del tiempo en una opción valorada por los estudiantes, como es el caso del Laboratorio de Idiomas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), institución que presta servicios de enseñanza, capacitación docente, evaluación, interpretación y traducción de diferentes lenguas. 

Desde su creación en 1989, la demanda y la oferta de idiomas en el Laboratorio ha crecido notablemente. Hoy se pueden estudiar allí más de catorce alternativas:  inglés, portugués, italiano, francés, alemán, armenio, chino, coreano, japonés, ruso, español para extranjeros, lengua de señas argentina e idiomas originarios como quichua, guaraní y mapuche. Las clases se dictan en sus diferentes sedes, pero también existe la posibilidad de estudiar inglés y portugués on-line. 

El Centro Universitario de Idiomas (CUI) también se ha consolidado como una institución de prestigio. Con más de 25 años de historia, el CUI surge en el seno de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) como respuesta a la demanda de alumnos que cursaban allí. 

En la actualidad, desarrolla programas de capacitación, formación y adquisición de más de veinte lenguas extranjeras, que pueden cursarse en las diferentes sedes bajo la modalidad presencial. Inglés, francés, italiano, portugués, alemán y chino son las que concentran el 70% del alumnado.  

Además, el CUI brinda cursos de guaraní, lenguas originarias, árabe, hebreo, armenio, griego, hindi, japonés, ruso, coreano, latín, español para extranjeros, lengua de señas e inglés para sordos. A su vez, existe una oferta on-line de inglés y portugués como la del Laboratorio de la Facultad de Filosofía y Letras. 

Estudiar en tiempos de crisis

Durante los últimos años, la matrícula del Laboratorio de Idiomas se mantuvo estable: unos 12 mil alumnos por año deciden estudiar allí desde hace un tiempo. “Pensábamos que podía producirse una baja en esta segunda mitad del año como efecto del ajuste y la crisis económica, sin embargo, esto no ha sucedido”, señala Alejandra Elichabe, Directora de la institución.

“A diferencia de otras actividades en las que la recesión afecta las posibilidades de los estudiantes para costear sus estudios, en el caso de los idiomas, las crisis pueden dar como resultado un aumento de la matrícula. En el caso de los estudiantes extranjeros, porque la suba del dólar convierte a la Argentina en un destino más conveniente, y en el caso de los argentinos porque se revaloriza el estudio de idiomas como condición necesaria para vivir en el exterior”, agrega.

Por su parte, Roberto Villarruel, Director General del CUI, afirma que el inglés sigue siendo el idioma más elegido, sobre todo en el marco de la actual crisis: “El crecimiento de inglés es posible -porque suele suceder así- cuando existe la sensación de que el mercado laboral es difícil. Cuando es más competitivo, la necesidad de incorporar el idioma para poder trabajar se vuelve más importante. Lamentablemente, también es posible que tenga que ver con la fantasía de irse, de viajar, de prepararse afuera ante las perspectivas económicas y sociales.”

El Director advierte, a su vez, que el crecimiento de la matrícula de inglés responde a transformaciones y actualizaciones del programa: “Hemos modificado la metodología y hemos trabajado mucho sobre temas de actualidad. También influye el cambio generacional, hay muchos jóvenes que han ingresado a la enseñanza de idiomas, y llegan con demandas y requerimientos nuevos.” 

Más allá del inglés

Durante los últimos años, otros idiomas han crecido considerablemente además del inglés. “Con la creación del MERCOSUR e impulsado por razones económicas asociadas a la integración con Brasil, a partir del año 2000, creció mucho el interés por el portugués”, explica Elichabe.  

“Luego de la crisis del 2001 –continúa-, dado que los argentinos descendientes de italianos podían obtener permisos para establecerse en Europa, creció mucho el interés por el italiano, que actualmente se sostiene, ya que su estudio sigue siendo un objetivo que les permite a los estudiantes acercarse a sus ancestros.”

A su vez, la Directora del Laboratorio establece que el público interesado por el alemán se fue ampliando dado que el Servicio de Intercambio Académico de Alemania (DAAD) y el Instituto Goethe otorgan diferentes líneas de becas. Algo similar sucede con el francés. “Si bien muchos estudian esta lengua por placer, en este momento, y en el marco de la internacionalización universitaria, hay posibilidades de obtener becas para estudiar en Francia, y para postularse a estas convocatorias se requiere un nivel intermedio o intermedio alto de conocimiento de la lengua”, destaca Elichabe.

El boom de los asiáticos

La importancia de China en el panorama mundial dio como resultado un crecimiento de su idioma en nuestro país durante los últimos diez años. Así lo entiende Villarruel al establecer las posibles causas de este incremento: “Es un idioma de mucha demanda, al principio no tenía que ver con lo laboral, simplemente con un interés cultural, pero en los últimos años, con la aparición y la expansión de China como una potencia económica, está instalado en el imaginario que, además del inglés, hay que saber chino para el mundo contemporáneo.“

Elichalde considera, en tanto, que el interés por el idioma chino obedece a razones económicas, laborales, pero también educativas: “la República Popular China está ampliando año a año la cantidad de becas para estudiar el idioma en sus universidades.” La Directora advierte, a su vez, un crecimiento de la lengua coreana dado que, en la actualidad, el Laboratorio cuentan con un grupo de jóvenes interesados en aprenderla “por la música y las series disponibles en plataformas como Netflix”.

Sin duda, el crecimiento del japonés y del coreano son notables, y Villarruel también asocia este hecho a ciertos movimientos juveniles. El japonés por el manga y el animé, y el coreano por las telenovelas y la música, sobre todo por el boom del k-pop. “Se trata de un fenómeno más bien adolescente pero también de jóvenes de la música pop coreana. En Argentina, como en otros lados del mundo, se organizan grupos y encuentros para aprender las letras en coreano y cantarlas”, dice. 

El Director añade que el crecimiento del estudio de este idioma además está íntimamente ligado a “una política de Corea específica de expansión de la cultura pop”. Y asegura que, “si bien no es un idioma masivo, el coreano es el idioma que más crecimiento experimentó en los últimos dos años.”

Múltiples razones para estudiar un idioma Indudablemente, el conocimiento de un segundo idioma mejora el acceso al mundo laboral. No obstante, como se mencionó anteriormente, no es el único factor. “Cada idioma tiene una motivación diferente”, enfatiza Villarruel, para luego agregar que “hay un fenómeno muy particular de la Argentina que es el interés por estudiar idiomas, es un sello nuestro desde hace muchos años.”

El Director del CUI señala que esto también se relaciona con la idea de enriquecer el patrimonio cultural: “Algunos idiomas no tienen ninguna utilidad instrumental en término laborales. Responden, sobre todo, a un interés por sumergirse en la cultura, como el caso de los idiomas orientales o de las lenguas originarias, donde muchos estudiantes no pertenecen a esas comunidades, sino que tienen el deseo de saber sobre esas culturas.”

“También el caso del francés”, recuerda Villarruel a la hora de describir aquellos idiomas que, en general, se estudian con el fin de agrandar el horizonte y el panorama del conocimiento. “También tenemos gente mayor estudiando chino para trabajar los caracteres como una forma de ejercicio mental, otros que estudian los idiomas de las comunidades polacas, friulanas o griegas por una tradición familiar o por una conexión con alguna historia propia”, ejemplifica.  

El alumnado

Existen diferentes perfiles de alumnos en el Laboratorio de Idiomas, sin embargo, Elichabe señala que los que cursan allí son, en su mayoría, jóvenes estudiantes y profesionales. A su vez, asegura que hay otros grupos, por ejemplo, “un gran número de personas mayores que se interesan por el estudio de idiomas por razones culturales o de turismo”.

Villarruel, en tanto, establece que la diversidad y la masividad son dos de las características más importantes del CUI, aunque, en líneas generales, la mayoría son mujeres (70%) y la edad de la población estudiantil oscila entre los 17 y 35 años (60%). 

No obstante, el Director insiste en que cada idioma tiene diferentes perfiles: “Los orientales concentran mucho público juvenil y adolescente, el italiano suele tener un público de mayor edad, el portugués tiene un público académico porque muchos que lo estudian tienen que hacerlo por la universidad o porque se van al extranjero”.

Así las cosas, si bien el inglés sigue siendo el idioma más elegido por su valor instrumental -sobre todo en tiempos donde las oportunidades de trabajo son pocas y el mercado laboral se vuelve más competitivo-, existen múltiples factores e intereses a la hora de estudiar un idioma. Portugués, italiano, francés, alemán, chino, japonés, coreano, quichua, guaraní y mapuche, son algunas de las lenguas que se pueden estudiar en muchos de los centros de idiomas que se fueron consolidando y legitimando en el sistema universitario nacional como alternativas de excelencia académica.

 


 

Sedes del Centro Universitario de Idiomas (CUI) FAUBA- UBA

En la Ciudad de Buenos Aires: Av. San Martín 4453, Junín 222, Tte. Gral. Juan D. Perón 2171, Virrey del Pino 2750, Vidal 1838/1861, Av. Rivadavia 5652 y Av. Scalabrini Ortiz 2840. En Provincia de Buenos Aires: Ugarte 2264 (Olivos) y Calle 15 Nº 961 (La Plata). En Neuquén: Brown 390, San Martín de los Andes.

Sedes del Laboratorio de Idiomas - FFyL -UBA

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: 25 de Mayo 221, Puan 480, Junín 954, 3 de Febrero 1378, Virrey del Pino 3511, Armenia 1353, Avda. Roque Sáenz Peña 570, Avda. Chorroarín 380 y Lavalleja 180. En Provincia de Buenos Aires: Arenales 1631 (Vicente López) y San Martín 1171 (Campana).