El presidente de Brasil, Michel Temer, afirmó ayer que su Gobierno estudiaba restringir la entrada de inmigrantes venezolanos. “Una medida que tal vez tenga que ser adoptada y de la que conversamos ayer es en la posibilidad de distribuir cuotas para que entren por día unas 100, 150 o 200 personas y organizar un poco más esas entradas”, afirmó el mandatario en una entrevista en la Radio Jornal.
Temer explicó, además, que el alto número de venezolanos que ingresa a Roraima, estado brasileño en la frontera con Venezuela, ha sobrecargado los servicios en esa región, una de las más pobres de Brasil. Por eso, sería necesario reducir el flujo para poder mejorar la atención. “Actualmente entran entre 700 y 800 venezolanos por día y eso está creando problemas en la vacunación, en la organización”, justificó el presidente de facto.
Pese a admitir que puede limitar la entrada de los inmigrantes venezolanos, Temer había defendido hasta ahora enfáticamente la apertura de la frontera para que Brasil reciba a los venezolanos que huyen de la crisis de su país.
La distribución de cuotas para restringir la entrada de venezolanos a Brasil fue sugerida por el senador Romero Jucá, un importante aliado y correligionario de Temer, que intentará la reelección en octubre próximo pero al que los sondeos no le dan muchas esperanzas de victoria.
Los sondeos marcan que Jucá, que esta semana renunció a ser vocero del Gobierno en el Senado por sus divergencias con la política de Temer hacia la inmigración desde Venezuela, está detrás de dos candidatos al Senado que defienden el cierre de la frontera.
Temer afirmó que el éxodo de venezolanos podría ser reducido si el presidente Nicolás Maduro aceptara la ayuda humanitaria ofrecida por Brasil. Según el presidente, su país ofreció hace más de un año alimentos y medicinas para distribuir a la población venezolana y detener el éxodo pero el gobierno de Maduro los rechazó. “El Gobierno rechaza y los venezolanos vienen hacia aquí. Claro que nuestra política es la de acoger a los que entran al país. No sólo nuestra política sino lo establecido en los tratados internacionales. Pero lo ideal es que ellos reciban la ayuda humanitaria para que puedan permanecer en su país”, dijo.
La posible restricción fue anunciada un día después de que el jefe de
Estado autorizara el envío del Ejército a la frontera para ayudar a la Policía a controlar la seguridad pública en la región, que también se ha visto afectada por el creciente flujo de inmigrantes.
Las Fuerzas Armadas brasileñas ya estaban presentes en el estado de Roraima como coordinadoras de la llamada Operación Acogida, que tiene un carácter humanitario y que atiende a los venezolanos que piden residencia o refugio en Brasil. Pero ahora, el Ejército fue autorizado a participar también en las llamadas operaciones de control del orden público. El decreto está vigente desde ayer y seguirá hasta el próximo 12 de septiembre, aunque puede ser prorrogado en caso de necesidad.
En su entrevista radial ayer, Temer admitió que decidió autorizar la movilización de los militares por las tensiones que han surgido en Roraima por el alto número de refugiados que ha ingresado a Brasil y permanece en ese estado, uno de los menos poblados del país.
Hace dos semanas se registraron violentos ataques en Pacaraima, la única ciudad fronteriza de Brasil con Venezuela y donde vecinos de esa pequeña localidad atacaron campamentos de venezolanos y quemaron sus objetos personales.
Esas protestas provocaron que al menos 1.200 de ellos decidieran regresar a su país y que el Gobierno brasileño reforzarse las medidas humanitarias. “Decidimos enviar a las Fuerzas Armadas en las franjas de frontera, que abarcan las ciudades de Boa Vista y Pacaraima, precisamente por los últimos acontecimientos. Las cosas estaban caminando por un ritmo desagradable en la relación del pueblo venezolano y el pueblo brasileño”, dijo Temer en la entrevista.