El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, advirtió ayer que si no se detenía la represión contra la ciudadanía en Nicaragua el país podría acabar en una situación similar a la que está atravesando Venezuela. “Debe haber un cambio de actitud del Gobierno porque de lo contrario las condiciones con el tiempo se asemejarán a lo que vive Venezuela, con una economía debilitada”, dijo al Hussein a la prensa al presentar un reporte que informa sobre algunas de las situaciones más preocupantes de derechos humanos en el mundo. “Debe liberarse a quienes nunca debieron ser detenidos por ejercer su derecho a reunirse pacíficamente”, agregó el alto responsable de la ONU, quien dentro de dos días entregará el testigo a su sucesora, la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet. El informe de la ONU documenta violaciones como el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía nicaragüense que van desde detenciones arbitrarias y generalizadas, torturas y malos tratos hasta desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales, además de violaciones del derecho a la libertad de opinión, expresión y reunión pacífica. Desde Nicaragua, el Gobierno de Daniel Ortega rechazó las conclusiones del informe. “El Gobierno rechaza de manera integral el denominado informe presentado por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), por considerarlo subjetivo, sesgado, prejuiciado y notoriamente parcializado, redactado bajo la influencia de sectores vinculados a la oposición”, respondió el Ejecutivo nicaragüense en un comunicado que luego fue publicado en la página de la OACNUDH. “Rechazamos las ligeras e infundadas afirmaciones en contra del Estado de Nicaragua y en particular, en contra de la Policía Nacional”, agregó el documento. A través de un tuit la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la OEA, y su misión desplegada en Nicaragua, dijeron respaldar el informe. “Coincidimos integralmente con el diagnóstico”, expresó la CIDH.