El presidente estadounidense, Donald Trump, acusó ayer a China de haber  hackeado la cuenta de e-mail de Hillary Clinton, su contrincante en las elecciones presidenciales de noviembre de 2016, mientras se desempeñaba como secretaria de Estado. Sin embargo, tanto el órgano de investigaciones FBI como China rechazaron las acusaciones.

“Los emails de Hillary Clinton, muchos de los cuales contenían información clasificada, fueron hackeados por China”, tuiteó el mandatario poco después de la media noche del martes (hora local). Trump no dio detalles sobre el supuesto hackeo, pero escribió sus tuits después de que se publicara una noticia online en        el sitio de derecha the Daily Caller –considerado como una fuente noticiosa poco seria–. La cadena Fox News, que sigue una línea editorial cercana a Trump, sacó al aire un fragmento del informe el martes por la noche, informó el diario estadounidense The Washington Post. 

En el informe se aseguraba que una compañía de propiedad china que operaba en Washington había hackeado el servidor privado de Clinton mientras se desempeñaba como secretaria de estado. Así, había obtenido casi todos sus mails. El artículo citaba un comentario de un parlamentario republicano de Texas, Louis Gohmert, quien durante una audiencia había dicho que el Inspector General de la Comunidad de Inteligencia había descubierto que prácticamente todos los emails de Clinton eran enviados a una entidad extranjera, informó NBC News. “El hackeo se llevó a cabo como parte de una operación de inteligencia”, aseguró The Daily Caller. 

Una portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying, señaló ayer que Trump ya había hecho ese tipo de acusaciones en el pasado y rechazó

cualquier tipo de ciberataque o robo de información. “Me preguntan si es verdad, pero ¿cuál es su opinión? ¿Cuál es su primera impresión?”, preguntó la portavoz en una rueda de prensa a los periodistas. “China es un firme defensor de la seguridad del ciberespacio”, dijo. “Nos oponemos resueltamente (...) a cualquier forma de ciberataque y robo de información”.

El presidente Trump reiteró durante la campaña electoral que los ataques de hackers contra Clinton y los demócratas también podrían haber procedido de China y no de Rusia, pero nunca proporcionó pruebas al respecto.

En su reciente tuit exigió al FBI y al Departamento de Justicia que actuase ahora. “En caso contrario, las dos organizaciones perderán su credibilidad”, dijo.

No obstante, el FBI rechazó la denuncia de Trump. El organismo lanzó un comunicado en el que informa que no había encontrado evidencia de que los servidores privados que Clinton usó mientras era Secretaria de Estado hayan estado en riesgo. Un portavoz del FBI prefirió no hacer comentarios acerca de la sugerencia del mandatario de que actuasen al respecto. Desde el Departamento de Justicia tampoco mencionó nada sobre este punto.

Desde hace tiempo, el presidente ha señalado que el FBI no había investigado apropiadamente el uso del servidor privado que hacía Clinton.

Sin embargo, ya durante la campaña de 2016 cuando el republicano y la demócrata se enfrentaron, el entonces director del FBI, James Comey había anunciado que la agencia no había encontrado pruebas para presentar cargos criminales contra la ex Secretaria de Estado. En julio de 2016, Comey dijo: “el FBI no encontró evidencias directas de que el dominio personal de email de la Secretaria Clinton haya sido hackeado”.

Las demandas de Trump para que se investigue a Clinton y a otros adversarios políticos se han endurecido a medida que avanza la investigación del fiscal especial Robert Mueller para investigar la llamada trama rusa. Hasta ahora, Mueller ha acusado a 12 rusos de delitos de hackeo de las computadoras del Comité Nacional Demócrata, la campaña de Clinton y otras organizaciones en un intento de influir en los comicios. El fiscal también investiga una posible connivencia con la campaña de Trump para favorecerlo en los comicios.

Ayer, el mandatario anunció que el abogado principal de la Casa Blanca, Don McGahn, quien ha jugado un papel central en la defensa del mandatario en la investigación de la trama rusa, dejará su puesto en los próximos meses. 

McGahn, comenzó como abogado de la Casa Blanca en enero de 2017, ha estado cooperando con la investigación de Mueller y, durante los pasados nueve meses, fue interrogado en tres ocasiones, informó este mes el diario The New York Times. Su testimonio podría ser clave para determinar si el magnate neoyorquino trató de obstruir esa investigación. 

El anuncio de Trump se produjo horas después de que el portal Axios, citando a funcionarios de la Casa Blanca y fuentes cercanas al letrado, revelara que McGahn tenía previsto abandonar en otoño su puesto como principal asesor legal del Ejecutivo. De acuerdo a Axios, McGahn quiere que su sucesor sea el veterano abogado Emmet T. Flood, quien fue uno de los representantes del expresidente Bill Clinton (1993-2001) en el juicio político al que fue sometido en 1998 en el Congreso tras mentir sobre su relación con la becaria Monica Lewinsky. Trump contrató en mayo de este año a Flood con la intención de que su estrategia legal se volviera más agresiva para responder a la investigación de Mueller sobre la trama rusa.