La sexualidad humana no es un hecho de naturaleza. Esta afirmación es compartida por variados discursos de la actualidad. Vivimos en una época en la que se acepta y promueve la pluralidad sexual, la identidad sexual se puede elegir y cambiar. El derecho a gozar abona la idea de que cada uno tiene la libertad de disponer de su cuerpo como quiere. En la actualidad, el progreso de la ciencia, del discurso capitalista y de la sociedad de consumo, ha incidido en los sujetos y en su sexualidad. No sólo es posible cambiar de sexo con intervenciones quirúrgicas y tratamientos hormonales, sino también cambiar la identidad civil.

Haremos un recorrido por los estudios sobre género que surgen en los años ‘70 y la teoría queer. Veremos que presentan a los sexos como construcciones sociales y culturales, más allá de cualquier punto de vista naturalista. Así surge la sigla LGBTQI (lesbiana, gay, bisexual, transexual, transgénero, queer, intersexo) que tiende hacia un infinito clasificatorio.

Haremos un recorrido desde Freud a Lacan en el pasaje de la sexualidad freudiana a la Sexuación Lacaniana. Y abordaremos junto a Freud y Lacan las distintas perspectivas en las homosexualidades, el travestismo y el transexualismo, no como una patologización. El psicoanálisis no está al servicio de normativizar a nadie, es decir: el analista acoge a homosexuales, transexuales, bisexuales, travestis, no los califica, no los juzga, ni le cambia la orientación sexual. Un análisis permite que un sujeto pueda inventar una solución a su medida en el devenir singular de cada uno en relación a su modo de goce.

* Miembros de la EOL y de la AMP.