El presidente de Brasil, Michel Temer, envió ayer 3200 efectivos de las Fuerzas Armadas a la frontera con Venezuela, luego de una masiva llegada de migrantes venezolanos al país. Temer afirmó que esta medida respondía a la necesidad de ofrecer seguridad a brasileños y venezolanos, según informó a Radio Jornal. Esta es una de las primeras acciones tomadas por el gobierno para enfrentar la crisis desatada en Latinoamérica por la llegada de migrantes del país vecino.
El ejército brasileño movilizó ayer a miles de hombres de la Brigada de Infantería hacia Buena Vista, capital del estado de Roraima y, a Pacaraima, en el extremo norte del país. Roraima fue el centro de uno de los episodios más tensos del conflicto migratorio, cuando hace dos semanas miles de ciudadanos atacaron un campamento de refugiados, expulsando a 1200 de ellos. Luego de declaraciones públicas, el presidente y sus ministros, afirmaron que la reciente medida es un instrumento adecuado para disipar todo tipo de confrontaciones. “Los militares van a aumentar la seguridad en el área, ampliar la protección en los centros de refugiados y actuar en conjunto con las fuerzas de seguridad”, reportó Agencia Brasil.
El decreto, firmado este martes, que dispone la movilización de las fuerzas armadas hacia la frontera, se fundamenta como garantía para establecer lo que llaman desde el gobierno la ley y el orden, en el en el período del 29 de agosto al 12 de septiembre de 2018.
Esta semana, además, el mandatario informó que, desde el gobierno, estaban evaluando medidas para regular el flujo de migrantes venezolanos. Sin embargo, Temer aseguró que las mismas no significaban el cierre de la frontera, informó el diario brasileño Folha de San Pablo. “Sea en función de la legislación nacional, sea en función de los tratados internacionales que yo mismo firmé cuando fui a la ONU, sería impensable el cierre de la frontera”, dijo el presidente de facto.
El miércoles, Temer había admitido haber debatido el día anterior un mecanismo para reducir el número de migrantes que cruzan la frontera diariamente. “Estamos pensando en repartir números de manera que entren 100, 150, 500 por día y que día a día entren un poco más para organizar esas entradas”, había dicho Temer.
Horas más tarde, el palacio de Planalto emitió un comunicado para explicar que los números no se usarían para controlar la entrada sino para atender a los inmigrantes. “El Gobierno federal aclara que ‘la posibilidad de distribución de números’ a la que el presidente hizo referencia tiene como objetivo mejorar el proceso de atención humanitaria en Roraima, que no puede ser confundido, bajo ningún punto de vista, con el cierre de la entrada de venezolanos a Brasil”, dice el documento.
Sin embargo, el intento de esclarecimiento de los dichos fue destruida por la noche por el jefe de gabinete Eliseu Padilla, que dijo: “Es para la entrada del territorio nacional”. El ministro afirmó que habrá dos filas: una para los venezolanos que vienen a Brasil para hacer compras y en seguida vuelven a su país u otra para los que cruzan la frontera para quedarse a vivir. Pero negó que haya intención de cerrar el camino a los migrantes. “Esos números no limitan, ellos sólo tendrán que esperar”, dijo Padilha.
El ministro también corrigió el número de inmigrantes que cruzan la frontera por día citado por Temer -en lugar de 700 u 800, como había dijo el mandatario, serían de 500 a 600, incluidos los que cruzan sólo para hacer compras. Después, Temer ratificó los dichos de su ministro. Estas idas y vueltas evidencian la falta de un plan consensuado de gobierno para hacer frente a la masiva entrada de ciudadanos venezolanos.
Desde el 2015, Brasil recibió más de 120 mil venezolanos, la mitad de los cuales todavía continúan en el país, sobre todo en el estado de Roraima. El Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas informó el miércoles que 30 mil venezolanos se radicaron en dicho estado de 530 mil habitantes, la mayoría de los cuales están en albergues y plazas de Buena Vista. Según el gobierno, el objetivo es llevarlos a otros estados, pero la logística avanza lentamente. Por ello, la gobernadora de Roraima, Suely Campos, y el senador roraimense Romero Jucá, del partido de Temer, se manifestaron a favor del cierre provisorio de la frontera en Pacaraima. El jefe de gabinete del estado de Roraima, Frederico Linhares, evaluó ayer como insuficiente tanto la llegada de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la frontera como la distribución de números para los venezolanos que llegan al país. Para Linhares, se necesita de un mayor control en la frontera.
La ONU afirmó esta semana que la crisis de Venezuela, se aproxima, en términos de emergencia, al éxodo de africanos y ciudadanos de Medio Oriente por el mar Mediterráneo, con 2,3 millones de personas que han dejado el país (el 7,5% de la población).