Nuevo disco para Tito Libélula, que revolotea su alegría sensible con las ganas puestas en cruzar experiencias, dejarse afectar por lo que le rodea y derivarlo en canciones. El grupo que integran Juan Barreto (voz), Aldo Simón (guitarras), Walter Pinto Galván (percusión), Cristian Oses (bajo) y Tomás Arancibia (batería), destila una festividad meditada y espontánea: Cunetas, el segundo trabajo de la banda, editado bajo el sello Neptunia, será presentado esta noche, a las 21.30, en el Gran Salón de Plataforma Lavardén (Sarmiento 1201) con entrada libre y gratuita.

“Por suerte la experiencia de cantar y salir a tocar desde hace unos años nos tiene bien ubicados con el trabajo que conlleva. Podemos diagramarlo con tiempo, llegar con muchas cosas resueltas, y tener la cabeza en calma para enfocarnos en las cuestiones musicales”, apunta  Barreto a Rosario/12. Con un primer disco de título igual al grupo (grabado en 2015), bien vale ahora destacar la impronta de Neptunia Discos junto al apoyo brindado por el premio estímulo de Espacio Santafesino. Al respecto, el músico señala que “gracias al premio pudimos editarlo y entrar en el aprendizaje de lo que es la edición con un sello, algo que nos abrió varias perspectivas sobre cómo hacer un disco, teniendo en cuenta todos los detalles legales de su elaboración. Fue una idea de Evelina Sanzo, fue ella quien nos dio esta posibilidad, así que tenemos un agradecimiento especial hacia Evelina por confiar en nosotros”.

-¿Qué se propone Cunetas?

-Lo que este disco ha logrado transmitir es un pensamiento contemporáneo de qué es lo que nos pasa a nosotros. Lo que nos sucede, en tanto trabajadores de la música, es un reflejo de lo que pasa socialmente. Si se quiere, lo que hemos logrado es hacer contemporáneo ese mensaje, no porque hagamos algo en función de lo que pasa, sino porque logramos producir canciones en las que durante el proceso de grabación que conllevan, no han perdido esa contemporaneidad. Logramos decir y grabar lo que estamos sintiendo ahora. El título es una representación poética del lugar donde nos encontramos quienes pensamos un mundo mejor.

-Se podría decir que hay una responsabilidad estética.

-Creo que es una construcción, que también la va determinando la situación social. Si bien alguien puede tener conciencia de cuáles son las herramientas que maneja, las situaciones sociales te potencian, porque te ves afectado en lo cotidiano. Eso es algo que el artista internaliza y manifiesta. En el caso mío, siempre que hice música tuve conciencia sobre cuál es el valor de un comunicador, un músico, un poeta: es la responsabilidad que tenés al pararte en un escenario, para que al momento de cantar canciones estés comunicando ideas. Eso es algo que se tenía muy claro en una época, y que el grado de hegemonía, de basura que nos han tirado encima, han hecho perder. Aun así, creo que los músicos vamos construyendo una conciencia y nos vamos encontrando todos del mismo lado. ¿Cuál es la responsabilidad elemental de un artista? Siempre va a ser la de cuestionar las cosas, la de señalar las problemáticas de la sociedad. La cuestión es ver si en cada momento histórico los artistas ponen esa sensibilidad en juego.

-En ustedes, además, hay alegría.

-Esas son las sensaciones del oyente y me alegran mucho. No sé si yo busco que a la gente le quede ese hálito de alegría, pero me parece imprescindible que para seguir adelante, ante tanta cosa nefasta, quede un mensaje esperanzador. También ha sido una preocupación para mí no quedar únicamente en el mensaje netamente crítico. Me acuerdo de un documental donde mostraban cómo en Sudáfrica salía la gente a manifestarse: lo hacían bailando. Fue algo que me llamó tanto la atención. Con todo lo que les han hecho, los tipos salen a la calle y cantan, saltan, bailan. Creo que es una coraza de ilusión indestructible, que ha de ser lo que perdure.

La presentación de Cunetas promete ser sorpresiva: “Queremos hacer valer al candombe como uno de nuestro géneros musicales, así que invitamos a una comparsa, Candombe Amistad, para que abra el show. Vamos a tener invitados y habrá una intervención artística, con una voz en off, a partir de un extracto de la obra Terrenal, de Mauricio Kartún, en donde Dios le hace una sentencia a Caín, y éste está representado como el hombre neoliberal. Todas estas intervenciones van a ir afianzando, apuntalando estas ideas. A los resultados no los medimos, sino que estamos atentos a si pudimos plasmar estas ideas, para conformar la creación de una tribu, esta tribu que somos nosotros, los Tito Libélula”.