“Esperamos que sea el comienzo de algo más grande”, se entusiasmaba el gobernador de La Pampa, Carlos Verna, después del encuentro que reunió el miércoles a un grupo de mandatarios peronistas con Miguel Angel Pichetto, Sergio Massa y el triunvirato de la CGT mientras el dólar se disparaba. El encuentro realizado en la tradicional ámbito de la CFI tendrá un segundo capítulo asegurado el próximo martes, con el agregado de otros gobernadores y legisladores. El tema central es la elaboración de un proyecto alternativo de presupuesto, pero en la actual coyuntura los gobernadores quedaron entusiasmados con la posibilidad de convertirse en los impulsores de la tan mentada unidad del peronismo, aunque sea de un sector. Según las conversaciones que se dieron allí, la figura que genera mayor consenso es la del ex ministro de Economía Roberto Lavagna como candidato a la presidencia, en combinación con Massa como candidato a gobernador bonaerense. Los imaginan encabezando un frente al que podrían sumarse otras fuerzas como el socialismo, el GEN y un sector del radicalismo.
Los gobernadores quedaron conformes con la convocatoria y por las propuestas que surgieron para preparar un presupuesto diferente, respetando la pauta del 1,3 por ciento de déficit acordado con el FMI. Los gobernadores sintieron que el Gobierno les hizo una mala jugada cuando eliminó el fondo sojero sin siquiera avisarles. Especialmente los gobernadores que se reunieron el miércoles, que integran el grupo de los más enfrentados al Ejecutivo. Además de Verna, en ese grupo están el puntano Alberto Rodríguez Saá, el tucumano Juan Manzur y el formoseño Gildo Insfrán. Aunque para la próxima esperan sumar colegas de la línea más dialoguista como el salteño Juan Manuel Urtubey, el cordobés Juan Schiaretti y el entrerriano Gustavo Bordet.
Comentaban quienes tuvieron acceso a las conversaciones en los pasillos del CFI, que Manzur estaba entre los más entusiasmados en la posibilidad de ungir a Lavagna como candidato. Los popes de la CGT también dieron su visto bueno. Hasta unos días atrás, el único que proponía a Lavagna era el ex presidente Eduardo Duhalde, considerando que su ex ministro era el más capacitado para sacar al país del embrollo. En la iniciativa había conseguido como aliado al ex diputado radical Ricardo Alfonsín. En sus diálogos con Duhalde, Lavagna –de 76 años– habría pasado de la negativa oficial a un sí, si están todos de acuerdo. Duhalde se puso entonces a la tarea de convencer a los peronistas mientras que Alfonsín quedó a cargo de dialogar con el espacio de centroizquierda que componen el socialismo del gobernador santafesino Miguel Lifschitz y el GEN de Margarita Stolbizer, que andan en busca de socios electorales.
Las encuestas son propicias. Lavagna muestra buena imagen tanto entre oficialistas como entre opositores, habría que ver si eso se traduciría en votos. En 2007, en un momento que estaba más en el candelero que ahora, Lavagna fue candidato presidencial por un frente que encabezaba el radicalismo y quedó en tercer lugar, arañando el 17 por ciento de los sufragios, detrás de Cristina Kirchner y Elisa Carrió. Por eso quienes lo proponen sostienen que necesitaría una figura fuerte que traccione los votos de la provincia de Buenos Aires y ahí es donde entra en escena Massa.
En el entorno del Frente Renovador aseguran que Massa no piensa en una candidatura a gobernador pero que también es consciente de que “forma parte de algo más grande” y que está dispuesto a sumar su aporte a una alternativa.
Lo que no queda claro en esta alternativa es el lugar del kirchnerismo. Por ahora, es evidente, no lo tienen en cuenta para el armado.