En una nueva y frenética estampida del dólar, cientos de rosarinos hicieron cola ayer en las casas de cambio del microcentro para intentar comprar o vender la divisa estadounidense. Pasado el mediodía, cuando el billete verde cotizaba a 42 pesos para la venta, y ante la incertidumbre, las agencias decidieron suspender la actividad. La mayoría de los pequeños ahorristas que aguantaban la llovizna y el frío en la peatonal trataba de evitar las preguntas. Turistas y estudiantes extranjeros tenían otros semblantes, alegres por hacer una diferencia interesante. Otros, en cambio, aprovecharon para hacer catarsis y descargar toda su bronca hacia el gobierno nacional, responsabilizándolo por la corrida cambiaria y la devaluación del peso.
Cuando la agencia Daminato anunció que suspendía las operaciones, pasado el mediodía de ayer, el dólar cotizaba a 37 pesos para la compra, y 40 para la venta. “No queremos cobrar cualquier cosa a nuestros clientes”, explicó Mario Piegaia, director de la casa de cambio, a Canal 3, que había instalado su estudio móvil en la peatonal. En lo que le llevó al cronista hacer dos cuadras, hasta las casas de cambio ubicadas entre Corrientes y Paraguay, el billete había saltado a 38/41 en Fintex, y 39/42 en Carbatur.
Con cara de pocos amigos, los pequeños ahorristas y los que tomaron la decisión de desprenderse de los pocos dólares que atesoraban para llegar a fin de mes, nadie quería contar lo suyo. Fueron William y Amanda, dos estudiantes brasileros de Medicina, con varios años residiendo en la ciudad, los que rompieron el silencio. “Venimos a comprar pesos con dólares porque cambió mucho, a principios de año estaba a 14/15 y ahora está en 39”, expuso el muchacho. Su compañera no estaba contenta porque había cambiado reales más temprano a 8,50 pesos y en ese momento la moneda brasileña ya cotizaba a 11 pesos. “Esto es muy preocupante, y todavía no vimos cómo están los precios en el súper, acá está todo mucho más caro”, admitieron los estudiantes.
En la fila de enfrente, Guillermina dijo sentirse avergonzada por estar en la cola esperando su turno: “Es por una necesidad, siempre pasaba y me reía de los que hacían fila para comprar dólares. Fijate que somos todos clase media baja, no somos los que hacemos que esto se vaya a la mierda porque cambiamos dos o tres mil pesos, la verdad que es muy triste”. A pesar de la compleja situación, la joven apeló al humor para distender. “Decí que nos salvamos de ser Venezuela, acá estamos militando por el dólar”.
Y otra vez la realidad: “Mi viejo no se levanta de la cama desde ayer (por el miércoles) por esta situación. Tiene 60 años y se compró para trabajar una cosechadora en dólares, porque se fundió la que tenía. Tiene el crédito en dólares: son 8 mil por año. Por eso estoy acá, para ayudar a mi papá, por lo menos nos tiene a los tres hijos que tenemos laburo y lo vamos a respaldar. Somos kirchneristas y sabíamos que esto iba a pasar, será muy diferente, supongo, para la gente que lo votó, aunque en realidad no lo sé porque no me junto con esos”, contó uno de los que hacía cola.
“Trabajamos todo el día, y el sistema de este hombre es nefasto por la maldad que tiene encima de llevar al pueblo argentino a esto. El (por Mauricio Macri) nos está diciendo que vayamos a comprar dólares porque si no nuestra plata no sirve para nada. También estoy avergonzado, vengo por un sueldo que gané el mes pasado para defenderlo. El problema es arriba, los que llevan al dólar como está, ellos mueven así el mercado”, comentó indignado Germán, otro ahorrista que pugnaba por unos billetes verdes.
“Esto ya lo vivimos hace unos años, entonces quiere decir que como pueblo no aprendimos nada, de vuelta estamos tropezando con la misma piedra, una, dos, tres, cuarenta veces, se ve que no aprendemos. Bienvenido el cepo porque estamos en Argentina y acá manejamos el peso. Que lo ponga y yo lo aplaudo. Seguro que esto termina en un feriado cambiario, pobre la gente que tiene la plata en los bancos”, continuó el señor con su análisis de la coyuntura económica financiera.