Agosto será recordado como el mes más devaluado de la era Cambiemos, al menos hasta ahora. El Banco Central llevó a cabo ayer una nueva intervención sui generis en el mercado de cambios. Colocó 250 millones en tres licitaciones repartidas en distintos momentos del día para aplacar la devaluación de la moneda y generar la sensación de que podría ocasionar una pérdida al que compre temprano a un “precio alto”. Pero el pánico no desaparece. No obstante, en un mercado reducido en monto de operaciones anticipando el feriado del lunes en Estados Unidos, el precio de la divisa finalizó ayer a 37,98 pesos, un 4,7 por ciento menos que el día anterior. En el transcurso de agosto el billete verde se apreció unos diez pesos, lo que equivale a un alza del 35,5 por ciento, y duplicó su valor en los primeros ocho meses del año (100,4 por ciento). El salto anterior había sido en diciembre de 2015 cuando se eliminó toda restricción a la compra de divisas y la cotización subió 30 por ciento. En agosto también se perdieron 5335 millones de dólares en reservas. Solo ayer la caída fue de 1133 millones. El Gobierno tuvo que pedirle el Fondo Monetario que adelante los desembolsos del crédito stand by para pagar próximos vencimientos de la deuda contraída en dos años y medio, solicitud que va a ser estudiada por el staff del organismo. Desde que ingresó el primer desembolso del Fondo se perdieron 10.613 millones de dólares respecto de 52.661 millones del cierre.
Sin la posibilidad de tomar una posición fuerte de ventas, opción limitada por el acuerdo con el Fondo, anunció ayer temprano tres licitaciones de divisas por un monto total de 675 millones repartidas a las 10.50, 12.50 y 14.57 horas. La oferta era por tiempo limitado: solo dos minutos de cada licitación. El objetivo era crear una sensación de riesgo para quienes compren divisas antes de cada una de las colocaciones. Por eso los montos ofrecidos se fueron haciendo más altos: 75, 100 y 500 millones de dólares respectivamente. La colocación fue de 75, 100 y 75 millones. La última fue a 37,6128 pesos. En la semana hizo otras licitaciones por menor monto y cantidad de operaciones y en total vendió 1290 millones de dólares, 210 el lunes, 200 el martes, 300 el miércoles, 330 el jueves y 250 ayer. El precio mayorista, que durante el jueves había alcanzado la friolera de 41,60 pesos, según el mercado electrónico de divisas (Forex MAE), finalizó ayer en 36,85 pesos, con un descenso de 75 centavos. En la semana ese precio entre bancos y empresas aumentó 19 por ciento respecto de los 30,97 del viernes anterior.
A diferencia de días anteriores ayer la estrategia de aumentar las licitaciones le redituó al titular del Central, Luis Caputo, debido a que hubo un menor volumen de negocios y algo de oferta privada de exportadores que pretenden mostrar un gesto al Gobierno y evitar que se dé marcha atrás con una suba de retenciones. También le jugó a favor el feriado del lunes en Estados Unidos, por el Día del Trabajo, con lo cual no habrá precio de referencia para el mayorista. El volumen negociado en el segmento de contado fue de 648,3 millones de dólares, mientras que en contratos a futuros en el MAE se transó el equivalente a otros 60 millones de dólares. El stock de reservas retrocedió ayer en 1133 millones de dólares hasta los 52.601 millones. Fuentes del organismo dejaron trascender que el grueso de la caída fue por “diferencias de renta fija y swaps. Y las corresponsalías bancarias que típicamente importan dólares a fin de mes por pago de sueldos”, aunque trascendió el rumor de que la caída correspondió a retiro de depósitos privados en dólares. PáginaI12 consultó al Banco Central pero se negaron a confirmar ese dato y la vocera de Caputo cortó la comunicación telefónica. En el mes bajaron en 5335 millones y desde el 22 de junio, momento en que ingresaron los 15.000 millones del FMI a la cuenta del BC, se desplomaron en 10.613 millones de dólares.
Durante el transcurso de agosto los funcionarios de Cambiemos trataron de correr el eje de atención hacia factores externos. Se responsabilizó de la corrida contra el peso a una apreciación global de la divisa, a la crisis turca, a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, a la suba de la tasa de interés de la Reserva Federal y a cuanta noticia financiera proviniese del exterior. Sin embargo esta semana, de cierta calma planetaria, la crisis cambiaria, derivada del desaguisado económico provocado por la administración macrista, dejó en evidencia que la absoluta pérdida de confianza de inversores y ahorristas sobre el mejor equipo de los últimos cincuenta años. “Lo que vimos esta semana fue demanda genuina. No había coleros ni arbolitos. Muchas operaciones y por bajo monto, de entre 100 y 2000 pesos”, relató a este diario el responsable de una casa de cambios.
Pero la corrida no la motivó el ahorrista a pie con compras de oportunidad para evitar que lo que le quedó se su salario se desvanezca de un día para el otro. El desarme de posiciones de grandes inversores quedó en evidencia en la suba del denominado contado con liquidación. La operación consta de comprar un bono o acción en pesos en el país y venderlo en dólares en el exterior. El precio implícito de este pasa manos se disparó ayer, pese a cierta cautela cambiaria, un 17 por ciento hasta los 39,50 pesos.