“Uno de los primeros efectos del neoliberalismo se siente en el cuerpo. En un lugar que fue centro clandestino de detención, que ejerció la tortura y el exterminio sobre los cuerpos, queremos reivindicar la potencia y el goce”, explica a PáginaI12 Mariano Rapetti, uno de los organizadores del “Festival Futuros”, nueva propuesta del Centro Cultural Haroldo Conti (ubicado en la ex Esma, Avenida del Libertador 8151). Se trata de un recorrido multidisciplinario que abarca teatro, hip hop, poesía, música, cine, danza, talleres, charlas y performances para “pensar otro mundo y encauzar la necesidad de construir algo imposible”.
Con entrada gratuita y en marcha a partir de hoy, la iniciativa es una respuesta a “la irrupción de la agenda del movimiento de mujeres y la presencia creciente en la arena pública de los feminismos, los avances en materia de legislación en torno a los derechos del colectivo LGBTIQ, los reclamos que pusieron en el centro de la escena política discusiones sobre la autonomía corporal, el género y las identidades sexuales”, según se lee en la fundamentación del proyecto.
Entre los artistas y pensadores que se sumarán a lo largo de un mes se encuentran Albertina Carri, Silvio Lang, Susy Shock, Los Rusos Hijos de Puta, Nicolás Cuello, Paula Maffía, Marlene Wayar, Karen Benett, Diana Szeinblum, Rodrigo Arena y Juan Onofri Barbato. “Nos preguntamos cómo desde la cultura podíamos convocar a una reflexión sobre el futuro, pensar la actividad de la memoria no sólo en su vertiente arqueológica, de reconstrucción del pasado; sino también recuperar algo del espíritu de la juventud de la década del 70, que pensaba utopías. Convocamos a artistas que estuvieran laburando en esta línea. Que su obra fuera un arrojo a la experimentación”, amplía Rapetti.
El festival contiene cuatro núcleos: “ficciones de futuro y futurismos queer”, ciencia ficción feminista e intuiciones sensibles del universo; “todas las fiestas del mañana”, con el cuerpo como campo de disputa de fuerzas y potencia, reivindicando la libido colectiva; “territorios de obscenidad, máquinas de placer”, historias alternativas y subterráneas en el cine; “archivos sensibles y colecciones fantasmáticas”, retrato de la historia de los movimientos sexo-disidentes.
La programación incluye recitales de Los Rusos Hijos de Puta, Hiedrah Club de Baile y el espectáculo musical Mamapunk, ideado y dirigido por Karina K, que revive el espíritu punk de los ochenta, con Cynthia Manzi. Se proyectarán películas como Mujer nómade, de Martín Farina, que muestra la vida de la epistemóloga y ensayista Esther Díaz; El silencio es un cuerpo que cae, de Agustina Comedi; y el último trabajo de Albertina Carri, Las hijas del fuego. La danza tendrá lugar de la mano de Luisa Ginevro (Relato en fiel simetría), Diana Szeinblum (¡Adentro!) y Juan Onofri Barbato (Todo junto). Rodrigo Arena y Michel Capeletti ofrecerán performances; y Marlene Wayar y Susy Shock participarán con “Cotorras”, producción de la colectiva Lohana Berkins. Habrá otros espectáculos, como MCK Las Mackallister, de Diego Palacios Stroia, y teatro documental con Liza Casulo y Tálata Rodríguez.
También habrá actividades poco convencionales. Por ejemplo, una instalación en los baños del centro cultural. La apertura del encuentro es con una competencia de freestyle que busca abrir preguntas sobre las voces de las mujeres. Belén Bobadilla dictará un taller de danza y entrenamiento queer; y Fermín Acosta, uno sobre pornografía audiovisual. El cronograma se completa con mesas, exposiciones de archivos y colecciones, lecturas y música en vivo y la presentación del libro Cuerpxs en fuga. Las praxis de la insumisión, con Sasa Testa y Karen Benett. La Organización Grupal de Investigaciones Escénicas (ORGIE) estará presente con su seminario-happening-fiesta llamado Entrenar la fiesta. La programación se encuentra en conti.derhuman.jus.gov.ar.
“Cotorras” es un ciclo de entrevistas públicas a personas trans que se realiza periódicamente en Espacio Mu. “Esta vez vamos a llevar a una compañera que está en situación de encierro; va a ser una propuesta particularísima para el Conti. Vamos a resignificar el encierro, tratar de desandar la línea histórica y de mover los lugares comunes de la visión de derechos humanos”, adelantó la activista Marlene Wayar. “Me parece interesante que estemos volviendo a ocupar los lugares donde están los organismos de derechos humanos, que resisten una afrenta del gobierno de querer deshacerlos y vaciarlos de contenido. Que nos juntemos quienes estamos produciendo arte y comunicación y contrapongamos, hace ver una cuestión epocal de qué es lo que nos está preocupando. Por otro lado, también vemos qué es lo común”, agregó la psicóloga social.
“Con lo que han hecho de este mundo, ¿cómo salimos por una tercera vía entre la utopía y la distopía? Con consciencia podemos fabricar otros mundos posibles. (A la comunidad travesti) En Latinoamérica nos tocó la prostitución. En esa prostitución tan cloacalizada, como diría Berkins, que florezca la belleza. Desde ahí podemos transformar. El amor es el motor de cambio; vamos a seguir insistiendo en eso. Nuestro resentimiento no quiere transformarse en venganza sino en posibilidad de reparar lazos”, continuó Wayar. “Es fundamental que no nos venzan. Lo aprendemos de les jóvenes en la calle: se dieron cuenta de que tiene que estar el cuerpo en la vía pública, celebrándose a sí mismo, defendiendo la diversidad y la inclusión. No es nuestra prioridad ser productoras de bienes y servicios, sino de subjetividad. Queremos conmover a punto tal de poder salirnos de esta encerrona de estar en países con modelos económicos tan crueles como el capitalismo, pero es un proceso”, concluyó.
“Nos parece importante estar armando una trama con estas voces de artivistas y artistas”, celebró Silvio Lang, el director de ORGIE. Con este colectivo estrenarán hoy Pasadas de sexo y revolución, un show-fiesta con más de 45 intérpretes en escena, que llega después de la magnífica Diarios del odio. “El cuerpo es hoy un territorio en disputa. Y hay una serie de experiencias conjurando el centralismo y el absolutismo que pretenden los dispositivos tecnológicos o tecnofinancieros del capitalismo. Es una buena idea en este momento la de hilvanar estas experiencias y darles un marco de visibilidad”, concluyó el creador.