Guido Pella se despidió ayer en la tercera ronda del Abierto de Estados Unidos, al perder en cuatro sets ante el georgiano Nikoloz Basilashvili. El argentino se vio rápido dos sets abajo en el resultado y, aunque se llevó el tercero, terminó perdiendo en dos horas y 46 minutos 3-6, 4-6, 6-1, 7-6 (7-4). El bahiense hizo 18 “aces”, insuficientes sin embargo para superar al georgiano, que aprovechó mejor los puntos de “break” en los momentos importantes para llevarse el duelo.
Pella dejó así solos en el torneo a sus compatriotas Diego Schwartzman y Juan Martín del Potro, que jugaba al cierre de esta edición. Basilashvili se enfrentará ahora en octavos de final con el español Rafael Nadal, que superó 5-7, 7-5, 7-6 (9-7), 7-6 (7-3) al ruso Karen Khachanov.
Pella dijo luego del partido que Basilashvili “tiene su mejor ranking y eso le hace mucho más peligroso que antes”. En declaraciones posteriores al duelo, Pella indicó que se iba del Abierto “conforme” tras su tercera ronda contra el número 37 de la ATP. “El está con una confianza terrible, y eso a los jugadores los hace mucho más peligrosos que antes. Más allá de todo fue un buen torneo, me da bronca porque en este partido tuve chances, pero fue mala suerte”, aseguró Pella.
El jugador destacó que terminó “roto de tanto correr” y que intentó hacer lo que pudo. Sobre el tenista que se verá en la siguiente ronda contra el actual defensor del título, el español Rafael Nadal, declaró que quedó “sorprendido por lo fuerte que le está pegando; no le importaba nada la situación”. “Estos jugadores son así, juegan a eso, al ‘pega más fuerte’y que vos no puedas correr”, añadió, sobre su experiencia en las dos horas y 47 minutos frente a Basilashvili.
El argentino espera descansar un par de días ya que tiene “torneos importantes” por delante, que lo llevarán la semana que viene a Rusia, aunque apuntó que está “cansado de viajar”.
Por su parte, Nadal sacó adelante un partido que se le había complicado mucho más de lo previsto para ganarle al ruso, y clasificarse para los octavos de final. Khachanov, cabeza de serie número 27, sacó 5-4 para colocarse con dos sets de ventaja, pero en ese momento el español mostró su calidad para recuperar el quiebre, y ganar así tres juegos seguidos para igualar el marcador.
De entrada quedó claro que no sería un partido sencillo para Nadal. Con la potencia de sus golpes, el ruso decidía la manera en la que se jugaban los puntos, dependiendo de su acierto para sostenerse en el marcador. Nadal tuvo dos oportunidades rápidas de quiebre, pero Khachanov las levantó amparado en su servicio. Y de inmediato rompió el saque del número uno del mundo para jugar con más serenidad sus turnos.
Lejos de estar cómodo, Nadal apeló a su coraje para contrarrestar los impactos de su rival, que obligaba al español a jugar más corto de lo recomendable. Con grandes defensas, el campeón actual recuperó el quiebre, pero el ruso volvió a romper su saque en el undécimo juego para encaminarse al primer set.
El español pidió médico, para que le vendaran debajo de la rodilla derecha. El panorama no era bueno y las complicaciones iban en aumento: Khachanov mantenía su nivel de acierto y concentración, además de lograr un nuevo quiebre en el inicio del segundo set. Pero Nadal apeló a su estirpe ganadora para revertir el juego, y lentamente fue tomando la iniciativa para dar vuelta el resultado.