Con inteligencia para aprovechar las ventajas que le dio el rival al principio pero con falta de contundencia para cerrarlo, Banfield venció ayer 1 a 0 a Patronato.
El Taladro tuvo el sello de siempre: ser un equipo prolijo, aunque por momentos dependió demasiado de las ventajas del adversario para generar en ofensiva. De hecho, hasta el primer tanto, le había costado ser profundo.
Luego de un corner mal ejecutado por Patronato, Banfield logró la ventaja: Civelli rechazó un balón, Dátolo se la cedió a Gómez y su centro terminó en la cabeza de Kalinski, que apareció solo por el mal retroceso defensivo.
En el complemento, Patronato se adelantó y, si bien por momentos tuvo el dominio territorial, careció un último pase para abrir a la defensa del Taladro. Los tres cambios que introdujo Juan Pablo Pumpido, además, no sirvieron para subsanar esa situación, al tiempo que Nicolás Silva –uno de los que hizo ingresar Julio Falcioni– sí le dio más frescura al ataque de Banfield. Ordenado y con rapidez para salir, el Taladro tuvo alguna oportunidad para liquidar la historia, pero no pudo hacerlo y es algo que tendrá que corregir de cara al futuro.