Una multitudinaria marcha xénofoba se apoderó ayer de las calles de la ciudad alemana de Chemnitz y en respuesta una contramanifestación salió 

a defender la tolerancia frente al racismo. La convocatoria del grupo ultraderechista, Alternativa para Alemania (AfD) y el movimiento islamófobo Pegida, surgió luego del apuñalamiento de un alemán por presuntos extranjeros, el pasado fin de semana. Los miembros del grupo Pro Chemnitz también se sumaron a la movilización al grito de Fuera Merkel, en rechazo a la política migratoria de la canciller alemana. En simultáneo, miles de personas que exigían la convivencia pacífica se dieron cita en una plaza céntrica. Una barrera de agentes policiales y carros hidrantes actuó como freno ante la posible confrontación entre ambos grupos y desde la red social Twitter la policía llamó a la calma. “Nuestros efectivos se vieron obligados a hacer uso de la fuerza. Nuevamente les pedimos que sigan siendo pacíficos”, exigió. Por su parte, la alcaldesa de la ciudad, Barbara Ludwig, exclamó que pondrá a disposición todos los recursos del estado para oponerse a la xenofobia. “Hoy, Sajonia y Chemnitz tienen que enviar el mensaje de que nos opondremos a los instigadores de derecha”, afirmó la socialdemócrata. Más de 70 organizaciones sociales apoyaron el pedido de la alcaldesa de plantar cara a la xenofobia. Bajo el lema “Corazón en vez de persecución”, los colectivos antifascistas salieron a la calle para mostrar que Chemnitz es una ciudad abierta y tolerante con personas de todo el mundo. Bono, el líder de la banda irlandesa de rock, U2, también condenó con dureza los desmanes racistas. “Esta gente no tiene cabida en Europa ni en este país”, dijo el conocido vocalista durante un concierto el viernes por la noche en Berlín. Durante el show y ante el aplauso del público apareció en una gran pantalla el eslógan “#wirsindmehr” (en alemán “nosotros somos más”) bajo el que  varios grupos de música, entre ellos la banda de culto de punk rock “Die Toten Hosen”, ofrecerán el lunes un concierto gratuito en Chemnitz en repudio a los episodios. Ayer, en medio de las revueltas, el busto del filósofo Karl Marx, amaneció empapelado con corazones de colores en un llamado a la lucha contra el odio. 

El 26 de agosto, un día después del asesinato de Daniel H, joven carpintero alemán, fueron detenidos un migrante sirio y uno iraquí de 23 años y 22 años. Ayer, la prensa alemana publicó detalles sobre el sospechoso iraquí, y afirmó que en mayo de 2016 había sido expulsado de Bulgaria por datos que aún no son públicos. El semanario Der Spiegel, agregó que el joven iraquí usaba dos documentos de identidad falsos. 

Las protestas se produjeron al cumplirse el tercer aniversario de la frase de Merkel: “Lo vamos a lograr”,  con la que la canciller llamó a sus compatriotas a recibir con los brazos abiertos a los miles de refugiados que llegaban al país huyendo de la guerra y del hambre. Según datos públicos, en 2015 entraron casi 900.000 migrantes y más de 722.000 solicitaron asilo, sumados a más de 222.000 personas en 2017. Sin embargo, desde el cierre de la llamada ruta de los Balcanes y el endurecimiento de las leyes alemanas de migración, el número de inmigrantes disminuyó.