Tras dos día de conflicto, los manteros de Once levantaron el corte en la avenida Pueyrredón. “No estamos de acuerdo pero acatamos porque no nos queda otra”, explicó uno de ellos, sobre el acuerdo alcanzado y el censo de vendedores ambulantes de ese barrio que el gobierno porteño realiza, tras desalojarlos, para luego decidir a quiénes reubicará. Por la tarde, los ministros del Gobierno de la Ciudad y el presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) explicaron la solución propuesta para los puesteros. Hasta ayer al mediodía, casi 700 manteros se habían censado y varios centenares más buscaban resolver su situación.
“Lo importante es que ahora todos van a los lugares nuevos, que son más o menos 600 y pico de puestos, a dos cuadras de Once, o sea en la misma zona”, precisó el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, sobre la solución que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la ciudad, con el apoyo de CAME, encontró para los casi 2000 vendedores, que previamente deberán censarse.
“Los que se censan lo hacen ante la desesperación por no tener nada, lo cierto es que los otros predios que ofreció la Ciudad para que vendan los manteros desalojados de la avenida Avellaneda y de Caballito no funcionaron porque pasaba poca gente”, destacó Omar Guaraz, el titular de Vendedores Libre.
El censo es el punto clave de la propuesta que los manteros terminaron por aceptar, y que, hasta ayer por la tarde, generó varios conflictos en los puesteros que permanecían en la Plaza Miserere custodiados por varias decenas de policías, móviles policiales y dos carros hidrantes. Es el filtro que aplicará Ambiente para decidir quién está en condición de ser reubicado. Una vez aceptado, deberá pasar por un curso de emprendedorismo durante 60 días, en los que recibirá un subsidio de 11.700 pesos que financiará CAME.
Por la mañana, se formaron largas colas de manteros sobre la calle Perón, detrás de la estación de Once, para iniciar el trámite del monotributo social en las carpas que montó el Ministerio de Ambiente.
Por la tarde, en 25 de Mayo 457, la sede de CAME, el ministro de Ambiente, Eduardo Macchiavelli; el de Modernización, Innovación y Tecnología, Andy Freire, y el titular de la CAME, Osvaldo Cornide, explicaron el acuerdo alcanzado, y lo que representará para los puesteros, los vecinos del barrio y los comerciantes.
Freire explicó que los manteros van a tener “dos predios para que operen legalmente, siendo requisito que saquen el monotributo, una caja de ahorro para recibir el incentivo económico de CAME y que estén en el programa de capacitación en ventas”.
Según una de las voceras de CAME, el curso de capacitación se realizará en distintas sedes de la institución, de lunes a viernes, durante cuatro horas. Allí se los capacitará en búsqueda laboral, emprendedorismo y cómo aumentar las ventas.
Por su parte, Cornide aseguró que cuando se desalojó a los vendedores de la calle Florida y de la avenida Avellaneda tanto la Came como Fecoba (Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires) “recurrieron a un indeseable procedimiento de corte de calles” pero que en esta ocasión “no hubo necesidad porque la acción del gobierno y la policía pudieron llegar a un 95 por ciento de solución”, dijo el empresario que obvió los palos y la represión de las protestas tras el desalojo o simplemente los consideró como un procedimiento normal. Además, dijo que espera que, tras la capacitación, los manteros se conviertan en colegas y miembros de la entidad, y dejen de ser “competidores desleales” como son en la actualidad.
Mientras tanto, en Once, diversos grupos de manteros buscaban terminar de organizarse, para ingresar al censo: senegaleses, nigerianos y haitianos por un lado, y pequeños grupos de diversas colectividades hispanoablantes por otro. A través de delegados elegidos por cuadra se armaban listas de los manteros que, según ellos, vendían en Once, para ser entregadas a un funcionario del gobierno que sólo se identificó como Juan Pablo. Los vendedores africanos que habían rechazado el acuerdo, ayer revieron sus posición. Nengumbi Celestin Sukama, fundador del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad e Integración (Iarpidi) de los africanos explicó que “los senegalese, nigerianos y haitianos se quedaron fuera de la mesa de negociaciones, y por eso no aceptaron el acuerdo. Pero ahora, se nombraron dos delgados, uno de Nigeria para los que hablan inglés y uno de Senegal para los que hablan francés, y se están confeccionando las listas para el censo”, de los más de 400 vendedores de esas naciones. En tanto que Ababacar Sow, secretario de la Asociación Senegalesa, dijo que aún faltan resolver algunos temas porque la mayoría de los africanos que tienen residencias precarias y son monotributistas, no les aceptan esa misma residencia para anotarlos en el censo”.