Hoy se cumple un mes de la explosión de la escuela 49 de Moreno. Un mes de la explosión que podría haber sido evitada. De la muerte de dos docentes que podría haber sido evitada. La tragedia del 2 de agosto visibilizó el deplorable estado edilicio de las escuelas bonaerenses, que por miedo a repetir la suerte de la 49 decidieron suspender las clases desde entonces. Hoy, según estimaciones de Suteba, son más de 900 las instituciones educativas que continúan con las puertas cerradas. Lejos de una solución integral, la respuesta del gobierno fue enviar gasistas a revisar las instalaciones y cortar el servicio en caso de detectar pérdidas. Con esa acción provisoria, las autoridades consideran que las instituciones están listas para retomar las clases. Sin comedores, sin calefacción, y sin garantías de que no serán las próximas en lamentar otra tragedia.

“Queremos escuelas seguras, con condiciones dignas para enseñar y aprender, con una educación de calidad. Queremos comedores para los chicos en una crisis social muy profunda que ellos mismos generaron por las políticas de ajuste”, expresó Roberto Baradel, dirigente de Suteba, en la masiva movilización que este miércoles los gremios que integran el Frente de Unidad Docente realizaron hacia la Gobernación, tras el fracaso de la última reunión paritaria. 

Días después de la tragedia, Suteba realizó un relevamiento en más de 2000 escuelas que arrojó resultados alarmantes: en un 75,6 por ciento no se controlan sistemáticamente las instalaciones de gas, en un 67,1 por ciento los artefactos no se encuentran en buen estado de conservación y funcionamiento y en un 61,3 por ciento las instalaciones de gas no se encuentran en perfecto estado de conservación y funcionamiento. El relevamiento de las condiciones de electricidad, agua e infraestructura realizado por el gremio no ofreció mejores resultados. 

De acuerdo a lo informado por docentes y directivos de la provincia, luego de la tragedia de Moreno los gasistas y electricistas enviados por el gobierno realizaron revisiones superficiales y cortes el servicio. De esta manera, pretendían que las escuelas vuelvan a dar clases con los servicios cortados, pese al frío y la falta de comedor.

General Rodríguez es un claro ejemplo de la falta de seriedad en estas revisiones. Como denunció este diario, la Subsecretaría Administrativa de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires contactó a la federación de gasistas Feigas para ordenarle la revisión de gas en todas las escuelas de la localidad, pero lo pactado se suspendió el mismo día porque el gobierno no cumplió los términos del acuerdo. Luego de la suspensión del acuerdo, “hay tal desmadre, que aparecen cuadrillas de gasistas que no se sabe de dónde son, ni quién los envía. Los directivos tienen que andar pidiéndoles los nombres, apellidos, DNI, número de matrícula”, informó Claudia Guerra, presidenta de la Comisión de Educación del Concejo Deliberante de General Rodríguez. Cuando comenzó a investigar a los gasistas y electricistas que intervenían, se encontró con que algunos tenían la matrícula vencida y decidió presentar una denuncia en la UFI 9 del distrito. Además, según denunció Guerra, varias de las escuelas a las que la DPI les firmó actas de habitabilidad –luego de ser revisadas por gasistas y electricistas– tuvieron que suspender las clases por nuevas pérdidas. Pese a la denuncia presentada, “el oficialismo sigue trabajando con gente que no está en condiciones. Y además, ya no hacen públicas las actas, como sí lo hacían hasta la semana pasada”, agregó Guerra.

Mientras que en General Rodríguez 40 de los 59 establecimientos educativos continúan sin clases, en Moreno es la totalidad de las instituciones la que sigue con las puertas cerradas, según informó Mariana Cattaneo, secretaria de Suteba Moreno. Otro de los distritos que viene denunciando los problemas de infraestructura en sus escuelas es el de Tigre. Más de la mitad no cuenta con instalaciones de gas óptimas para el dictado de clases. Si bien desde el Consejo Escolar se decidió que en esas instituciones se corte el gas y se continúe con las clases, los maestros, auxiliares y padres se opusieron a hacerlo sin comedor ni calefacción. 

Recién tres semanas después de la explosión de Moreno, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), con estos resultados preliminares desalentadores, ordenó a las Licenciatarias del Servicio de Distribución de gas por redes realizar “inspecciones de seguridad” en todos los establecimientos educativos del país.

“¿Cuál es el plan del gobierno para arreglar las escuelas? No lo sabemos, no dicen nada. Las escuelas continúan sin clases y esto es muy preocupante. Los chicos no pueden estar sin comedor, en esta situación social que se ha ido agravando”, expresó Alejandro Garay, responsable del área de educación de la Defensoría de la Provincia de Buenos Aires. “Hay que destacar el trabajo de los docentes. Y también hay que destacar que al retiro del estado se le suma la falta de respuestas rápidas de parte del Ministerio. Su lentitud hace que la comunidad educativa y las familias se acerquen a la Defensoría, cuya función en este contexto es exigir el cumplimiento del derecho de los chicos a la educación de calidad”, agregó.

Informe: Azul Tejada