Gobiernos, ex mandatarios y funcionarios latinoamericanos criticaron la inhabilitación del ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, a presentarse como candidato presidencial en las elecciones del siete de octubre. La medida que perjudica a Lula se hizo pública el viernes por la noche, luego de una extensa deliberación del Tribunal Supremo electoral (TSE). El Tribunal decidió, por mayoría de votos, vetar la postulación de Lula, el señalado como gran favorito en las últimas encuestas. La expresidenta argentina Cristina Fernández criticó la inhabilitación de la candidatura y comparó persecución judicial hacia el líder petista con su propia situación en los tribunales. “El veto a Lula también el Estado de derecho”, exclamó. La ex mandataria señaló que ahora la anulación de la candidatura de Lula es producto de su liderazgo en las encuestas que le dan un apoyo del 40 por ciento. “En Brasil los medios de comunicación, en coordinación con el Poder Judicial, también han arrasado con el Estado de Derecho. #FuerzaLula”, publicó en sus redes sociales. El presidente de Bolivia, Evo Morales, también sumó su repudio al veto del ex mandatario. “Rechazamos esta decisión porque atenta contra la democracia y la voluntad del pueblo brasileño #LulaPresidente”, tuitió. Desde Venezuela, Maduro catalogó de atropello la decisión del TSE y responsabilizó a la oligarquía de Brasil. “Alzo la voz junto al pueblo brasileño ante el atropello contra el hermano @LulaOficial. La oligarquía del continente pretende acallar la voz  de una nación y de quienes hemos decidido ser libres. ¡Fuerza Brasil! ¡Somos millones de Lulas!”, exclamó Maduro en su red social Twitter. Asimismo, el Frente Amplio (FA) de Uruguay expresó su solidaridad con el mandatario brasileño y con la crisis social y política que atraviesa Argentina. Por su parte, el gobierno cubano consideró que el veto judicial impide que el pueblo brasileño vote por el aspirante más popular y aclaró que Lula es víctima de maniobras políticas con el fin de evitar que las transformaciones sociales lleguen a Brasil.