En una nota publicada el jueves este cronista insinuó pispear la crisis de 1989 para compararla con la actual. Devaluaciones, inflación galopante, recesión, aumento del desempleo…
Lectores de este diario recordaron vivencias personales, fragmentos de historias de vida. Ofrecen muestras de la realidad potenciadas por su franqueza. No ocurrieron aisladamente del contexto, expresan tendencias que se repiten hoy en día. Escogemos dos. Citamos textual.
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Cuenta un industrial que se identifica en un e mail enviado a este escriba pero prefiere mantener el anonimato porque la empresa familiar la sigue remando:
“Yo tenía una empresa que aún subsiste en manos de mi hijo mayor que vuelve a pasar por lo mismo. En aquel momento, nuestra empresa era mini, unos 25, quizá 30 empleados. Hoy 140.
La devaluación que provocó Machinea licitando reservas, y achicando las mismas hasta la anemia, dio como resultado la disparada del dólar. La inflación que se generó fue del 200 por ciento sólo en junio y 600 por ciento en todo el año.
Resultado, los salarios cayeron ocho veces. Nosotros, que convivíamos con nuestra gent,e no podíamos ni queríamos aprovechar la volada. Pero hubo empresas, una de ellas, me consta, Molinos Rio de la Plata, que sí se aprovechó, como tantas otras.
Hasta hoy se quejan muchos de las huelgas a Alfonsín, por parte de la CGT de Saúl. Pero no era para menos”.
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“Truchmann” es el alias de un suscriptor de PáginaI12, quien volcó este comentario en la página web.
“La crisis de 89 me encontró en mi primer trabajo, recuerdo que había días en los cuales no se levantaba la persiana porque no se sabía el valor del dólar, no se podía vender. Hoy al querer comprar materiales para una obra me dicen que un fabricante de caños suspendió las ventas, lo primero que recordé fueron aquellos no tan lejanos días del 89”.