Con dos tiempos bien diferenciados en lo que se refiere al dominador, y con algunos polémicos fallos que perjudicaron claramente al conjunto platense, Estudiantes e Independiente finalmente igualaron en dos, luego de un intenso encuentro disputado en el estadio de Quilmes, por la cuarta jornada de la Superliga. Francisco Apaolaza abrió el marcador a los seis minutos del primer tiempo para el local, en tanto que Matías Pellegrini alargó la diferencia, a los 25 del mismo período. Los de Avellaneda descontaron en el segundo tiempo a través de Braian Romero, mientras que Silvio Romero niveló definitivamente las acciones. Independiente terminó el duelo con diez jugadores por la expulsión de Nicolás Figal, a los 26 minutos de la segunda etapa.
La dolorosa eliminación de Estudiantes ante Gremio en la Copa Libertadores pareció oficiar de revulsivo en sus jugadores. Un primer tiempo de ensueño coronado con dos goles resultaron fruto de una profunda superioridad, ejercida a partir de un asfixiante pressing que maniató todas las posibilidades de salida de un desconcertado adversario.
El conjunto de Benítez encontró rápidamente el justo premio a su mejor andar en un cabezazo de manual de Apaolaza, quien conectó un precioso centro desde la izquierda de Pellegrini, que insólitamente apareció libre de marcas.
El equipo visitante estaba irreconocible, no lograba hacer pie en ningún lugar de la cancha, y producto del total desconcierto recibió el segundo tanto tras un aparentemente inofensivo saque lateral desde la derecha, que encontró desconcentrados a Francisco Silva y Bustos, circunstancia aprovechada por el peligroso Pellegrini, quien con total libertad fusiló al indefenso Campaña. El arquero reaccionó bien más tarde ante un tiro del mismo Pellegrini, lo que hubiera implicado la virtual definición del partido.
Sin volumen de juego ni profundidad, e insistiendo por atacar inconvenientemente mediante centros aéreos que favorecieron la tarea de los centrales Schunke y Campi, Independiente no resultó en el primer tiempo más que una mueca futbolística al no mostrar la más mínima rebeldía, para torcer un destino de derrota que a la llegada del descanso parecía inexorable.
Sin embargo, a partir del inicio del complemento y seguramente tras una enérgica arenga del técnico Holan en los vestuarios, el equipo recuperó gran parte de su fútbol, logrando un imprescindible descuento tras un centro de Silvio Romero desde la derecha, que encontró a su homónimo Braian libre de marcas y medio metro adelantado para empujar la pelota, ubicación no advertida ni por Penel ni el juez de línea.
En una verdadera ráfaga y ante un anfitrión que no repitió ni medianamente la formidable performance de la primera etapa, Independiente llegó a la igualdad después que Braian Romero le bajara con el pecho la pelota a Silvio Romero, quien tras un excelente movimiento se abrió el espacio para derrotar a Andújar con un remate pegado al palo izquierdo. Una vez conseguida la igualdad, a Independiente se lo vio más entero desde lo anímico, ante un local que pareció agotar sus reservas físicas en la primera etapa.
Estudiantes, a pesar de ello, pudo conseguir la victoria luego que Apaolaza con otro cabezazo enviara la pelota a la red a los 36 minutos, aunque otro yerro arbitral le privó de dicho tanto al cobrarle al delantero una posición de adelanto inexistente, ya que este se hallaba en la misma línea que el último defensor visitante al momento de partir la asistencia de Pellegrini.
La expulsión de Figal, cuando el que mereció la tarjeta roja fue el chileno Silva, le hizo bajar los bríos a un visitante que solo demostró su habitual poderío en un segmento del desarrollo, hasta que dicho imponderable generó en el equipo un evidente conformismo que se tradujo en un marcado retroceso, a la espera de una contra salvadora que nunca llegó.
Estudiantes, que luchó hasta el final no encontró la claridad requerida para ganar el encuentro, ante un adversario ya advertido de la peligrosidad de algunos juveniles del rival, y que no se regaló en defensa teniendo en cuenta que por como se dio el trámite el punto conseguido tuvo sabor a triunfo.