Las ventas minoristas retrocedieron en agosto un 8 por ciento interanual y en lo que va del año la caída acumulada es de 3,7 por ciento, según informó ayer CAME. Todos los rubros minoristas se retrajeron en la comparación anual. Las caídas superaron al 10 por ciento en 7 de los 17 grandes ramos medidos, siendo especialmente profundos los desplomes en Materiales eléctricos y ferreterías (-13 por ciento), Textil-blanco (-12,4) y Electrodomésticos (-11,1 por ciento).
El 68,4 por ciento de los comercios consultados tuvieron el mes pasado descensos anuales en sus ventas, el 23 por ciento crecieron y el 8,6 por ciento se mantuvo sin cambios. “A pesar de la abundancia de ofertas en sectores como Indumentaria, Calzados, Bazares, Textil blanco, Marroquinería, entre otros, eso sólo ayudó para generar liquidez y evitar una reducción mayor”, aseguró CAME en su informe.
En Electrodomésticos y artículos electrónicos, la caída interanual fue de 11,1 por ciento y de 4,1 por ciento anual. “La salida de esos productos se vio muy retraída por la resistencia de la gente a endeudarse con las tarjetas. Se despacharon más que nada accesorios, y artículos de bajo valor. El que tenía que renovar electrodomésticos más importantes, puso la compra en compás de espera”, destacó CAME.
En Indumentaria, las operaciones descendieron 8,7 por ciento frente al mismo mes de 2017, y llevan una retracción del 4,7 por ciento en lo que va de este año (siempre medidas a precios constantes). Predominaron las ofertas, los 3x2, 2x1 y descuentos de hasta 50 por ciento, pero aun así, la gente compró muy poco. Sobre fin de mes, mientras se realizaba el relevamiento de CAME, se observaron comercios con muy poca mercadería, porque frente a la incertidumbre cambiaria, muchos empresarios prefirieron no vender a liquidar a precios que luego no pudieran reponer. En “Calzados”, las ventas se hundieron 9,2 por ciento en la comparación interanual y acumulan un retroceso de 4,5 por ciento en ocho meses. El informe de CAME destacó que hubo buenos precios en el mercado, liquidaciones con hasta 60 por ciento de descuentos, pero igual poco consumo.
En Alimentos y bebidas, las ventas a precios constantes bajaron 4,8 por ciento anual y suman un achicamiento de 1,9 por ciento en los primeros ocho meses del año. “La gente va más al negocio de barrio, compra lo que necesita para uno o dos días y vuelve. Busca terceras marcas, comidas más económicas, prescinde de la bebida y de los productos complementarios. Muchos locales aumentaron la venta fiada con sus clientes más conocidos, frente al rebote de las tarjetas por falta de fondos”, sostuvo CAME, terminando de delinear un panorama desolador.
El relevamiento cubrió un universo de 2000 comercios pymes de Ciudad de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, y el interior del país, en los principales rubros que concentran la venta minorista familiar. Se incluyeron negocios chicos y medianos, localizados en calles y avenidas comerciales de ciudades pequeñas, medianas y grandes a través de un equipo de 30 encuestadores localizados en las capitales de cada provincia, en CABA y en Gran Buenos Aires.