Desde Santa Fe
Miguel Lifschitz le advirtió ayer a Mauricio Macri que no aceptará en silencio el despojo a la provincia de “los recursos que nos corresponden, no al gobierno de Santa Fe, sino a los santafesinos”. Lo dijo apenas se enteró por TV que el déficit cero que anunció el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne incluye la quita de los subsidios al transporte automotor y a la tarifa social eléctrica. Sólo en el primer rubro el ministro de Infraestructura, José Garibay, estimó el impacto en 2.300 millones de pesos y dijo que el presupuesto de la provincia no estaba en condiciones de absorberlo. “La solución de los problemas no pasa por reducir el déficit fiscal” a costa de “mayor sacrificio de los trabajadores y de la clase media”, dijo el gobernador. “Tendrán que poner mucho más los bancos, las empresas y los grandes grupos económicos que siguieron haciendo negocios” en el gobierno de Macri.
Con los anuncios de la Casa Rosada en la garganta, el gobernador se despachó dos veces: primero en un acto oficial en la zona norte, que dejó al descubierto la pelea con el jefe de Cambiemos, José Corral, que no fue y mandó a su secretaria de Gobierno. Y luego, en el almuerzo de la Unión Industrial de Santa Fe que recordó sus 95 años y el Día de la Industria en un country en las afueras, donde vive el ex embajador Miguel Torres del Sel. “Hoy no es un día de alegría” –dijo Lifschitz- porque la crisis económica no es una `tormenta pasajera’ sino ‘un temporal de largo alcance’ que tendrá “consecuencias muy difíciles para los sectores populares”.
Macri y Dujovne acaban “de eliminar los subsidios al transporte que venían desde hace muchos años y permitía a los trabajadores, los estudiantes, los jóvenes, poder movilizarse hacia sus trabajos y lugares de estudio con tarifas razonables”, dijo Lifschitz. “La eliminación de estos subsidios va a tener un impacto muy duro sobre la movilidad de las persona, pero sobre todo en el bolsillo de las familias trabajadoras”, apuntó. El ministro Garibay estimó el recorte en 2.300 millones de pesos y descartó que la provincia pueda absorberlo. “No teníamos previsto siquiera el recorte del fondo sojero en el presupuesto, menos aún este nuevo impacto”.
Hasta hoy, la provincia contaba con 2940 millones de pesos en concepto de subsidios nacionales de transporte de la Nación. Este monto total está conformado por:
• 2400 millones divididos entre la CCP (encargada de financiar las paritarias) por 1920 millones y la Sistau (fondo de impuesto a los combustibles)por 480 millones.
• Los 540 millones restantes están conformados por gastos de combustibles (60 millones de litros a 9 pesos).
Sobre este monto total hay que recalcar que el 40 por ciento se destina a líneas provinciales (755 colectivos) y el 60 por ciento restante a las líneas municipales(1128 colectivos, conformados por 803 unidades en Rosario, 251 en Santa Fe y 57 en diversas localidades santafesinas).
Actualmente el porcentaje de cobertura de los subsidios en el costo final del boleto es de 40% del costo total en líneas interurbanas provinciales,
45% del costo total en líneas urbanas (Rosario y Santa Fe). Con la eliminación de dicho porcentaje de subsidio si se trasladarán los costos al boleto directamente tendría un incremento del 80 al 90 por ciento en la actualidad.
Lifschitz le advirtió a Macri que no será socio del ajuste: “La obra pública seguirá siendo una prioridad, no la vamos a reducir porque hoy podemos decir con orgullo que más de 40.000 familias santafesinas tienen un sueldo a fin de mes gracias a la inversión pública de Santa Fe. Tampoco vamos a reducir la inversión en las políticas sociales que tienen un criterio de inclusión y de integración de los sectores populares”.
“Este es el rumbo. No vamos a aceptar calladamente” que Macri y Dujovne “nos quiten recursos que nos corresponden, no al gobierno de Santa Fe, sino a los santafesinos”. “No creemos que la solución de los problemas pase por reducir el déficit fiscal. Tendrán que poner mucho más aquellos que se llevaron la plata” pero “también los bancos, las empresas, los grandes grupos económicos que siguieron haciendo negocios a costa de los argentinos”.