El cine producido en la República de Corea vuelve recargado: la quinta edición consecutiva de Han Cine, el Festival de Cine Coreano en Buenos Aires, comenzará a ofrecer mañana su cosecha 2018 y se extenderá hasta el próximo miércoles 12 en Cinemark Palermo, Beruti 3399. Serán de la partida once largometrajes producidos recientemente en la península asiática, embajadores de una cinematografía que –desde su imparable despegue hace dos décadas– logró batir varios records en el mercado interno y traspasar las fronteras internacionales para desembarcar en las pantallas de todo mundo, las argentinas incluidas. Como en años anteriores, el menú incluye algunos de los últimos éxitos comerciales de la última temporada, films de géneros populares y una muestra del cine autoral más destacado. Para Gabriel Pressello, programador del evento y responsable de las relaciones institucionales de la Embajada de Corea, esta nueva entrega de Han Cine “continúa una línea de política cultural cuya intención es llevar a las pantallas locales una programación panorámica, diversa y amplia. La idea central es seguir creando una audiencia para el cine coreano en nuestro país. Hay un cine del otro lado del mundo que vale la pena descubrir”. Y reencontrar, dada la cantidad de público que se considera adicto, sin ayuda externa, a las historias llegadas de aquellas lejanas tierras.
No es casual que el texto de presentación del catálogo destaque un puñado de guarismos puros y duros. El año pasado fueron cinco los largometrajes coreanos estrenados comercialmente por aquí. Seguramente otro récord, encabezado por el inesperado éxito local del melodrama con muertos vivos Invasión zombie, del realizador Yeon Sang–ho, que logró llevar cerca de 130.000 espectadores, un número que puede hacer salivar al distribuidor más curtido (su precuela animada, Estación Zombie Seúl fue exhibida durante una única noche en todos los complejos Hoyts hace apenas algunas semanas). “Cuando comenzamos con Han Cine allá por 2014”, continúa Pressello, “uno de los motores fundamentales era el de comenzar a favorecer mayores intercambios entre ambas industrias y que el público local pudiera acceder al cine coreano por fuera del marco de los festivales. Creo que, en alguna medida, lo hemos logrado, y los cinco estrenos del año pasado lo confirman. Uno de los títulos de esta edición, la película de terror Gonjiam: hospital maldito, de Jeong Beom–sik, será estrenada cerca de fin de año en salas comerciales”.
Sin embargo, la apertura del 5° Han Cine (mañana a las 20 horas) será con A Taxi Driver – Los héroes de Gwangju, uno de los grandes éxitos del año pasado en su país natal y un film que ya pudo verse fugazmente en la última edición del Festival de Mar del Plata. La película de Jang Hun reúne los condimentos del drama histórico, la comedia de costumbres y el cine de acción en un relato que transcurre a fines de mayo de 1980, en una ciudad ubicada a unos 250 kilómetros de Seúl, durante la así llamada Masacre de Gwangju, en la cual murieron asesinadas cientos de personas (165 según el cálculo oficial del gobierno dictatorial de Chun Doo-hwan, el último presidente de facto antes de la democratización definitiva de Corea del Sur). Lejos del Travis Bickle scorseseano, el chofer interpretado por la súper estrella Song Kang–ho (el protagonista de The Host, Shiri, The Foul King y Memories of Murder, entre otros muchos grandes éxitos del cine coreano) es un taxista sin características sobresalientes que termina embarcado en una de las experiencias más extremas de su vida cuando decide llevar a un periodista alemán –interpretado por Thomas Kretschmann– al centro del conflicto, en una ciudad completamente sitiada y asediada por las fuerzas represivas del Estado. La reinvención de capítulos dolorosos de la historia como entretenimiento para el consumo popular tiene sus riesgos, pero Jang sale generalmente airoso y entrega un relato consistentemente estimulante y emotivo.
En las antípodas narrativas y estéticas de A Taxi Driver, rodada con un presupuesto ínfimo en apenas algunos días durante la realización del Festival de Cannes, La cámara de Claire es uno de los últimos largometrajes de Hong Sang-soo, una pieza de cámara con tres actrices y un actor y una trama mínima a la cual el director de La mujer es el futuro del hombre y El día después le saca todo el jugo cinematográfico posible. Se trata, asimismo, de la segunda colaboración de Isabelle Huppert con el realizador luego de En otro país, aunque aquí la gran estrella francesa no viaja a Corea. Su personaje, Claire, se pasea por las playas de la Costa Azul con su cámara polaroid a cuestas, transformándose en el vínculo inesperado entre un cineasta que anda por allí presentando su nueva película, su productora y amante y una joven empleada de ambos, interpretada por la talentosa Kim Min–hee, presente en las últimas seis películas del realizador. Típico en el cine de Hong, cuya filmografía ya ha superado la veintena de largometrajes, los encuentros y desencuentros, casualidades y causalidades, repeticiones y variaciones (y las charlas mediadas por el consumo de alcohol) terminan desnudando las zonas más luminosas y oscuras de los personajes.
El policial de acción es uno de los géneros más transitados por la cinematografía coreana y Fuera de la ley (The Outlaws en su versión internacional), la promisoria ópera prima de Kang Yoon–Seong, se transformó en otro hit comercial luego de su estreno el pasado mes de octubre. La historia transcurre en 2007 y, aunque está basada en hechos reales, el film deja en claro desde un primer momento que su protagonista es una figura ciento por ciento cinematográfica, bigger than life. En la figura enorme, de mucho peso específico, del experimentado actor Ma Dong–seok, su detective de Seúl encargado de mantener la paz entre las bandas mafiosas de origen chino admite la posibilidad de la empatía incluso a pesar de sus métodos, definitivamente poco ortodoxos y, en más de un caso, lindantes con lo ilegal. La llegada de un trío de criminales dispuestos a arrasar con la competencia y quedarse con el control de la ciudad desata una guerra cada vez más violenta, ocasión para que el particular policía y sus hombres afinen el ingenio (y los puños) para volver a un cierto grado de equilibrio. Clásica en sus formas y ciertamente derivativa en su desarrollo, es el pulso del realizador a la hora de narrar y de poner en escena las secuencias de acción lo que termina levantando varios puntos aquello que en, otras manos, podría haberse transformado en un simple trámite. El Han Cine de este año se completa con otro drama histórico (El anarquista), la película de acción Ciudad virtual, el drama romántico Junto a ti, la saga criminal El fiscal, y, entre otras, el thriller Diario de un asesino.
* La programación completa, días y horarios de Han Cine puede consultarse en el sitio www.facebook.com/hancineba/