La periodista María Seoane fue declarada ayer en la Legislatura porteña como personalidad destacada de la cultura. El reconocimiento contó con la presencia y las palabras de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; los legisladores Lorena Pokoik, Mariano Recalde y Carlos Tomada; Pablo Genaro, secretario general de ATE Legislatura, y Víctor Santa María, director del Grupo Octubre y titular del Suterh. También estuvieron la cantante Lidia Borda, los actores Norberto Gonzalo y Mosquito Sancineto, los periodistas Carlos Ulanovsky, Nora Lafón y Fernando Amato, la presidenta de la agrupación Justicia Legítima y ex jueza María Laura Garrigós de Rébori, la socióloga e historiadora Dora Barrancos y el escritor Vicente Muleiro, entre otros. “Como periodista, me comprometo a seguir trabajando para restituir el valor de la veracidad y la libertad en nuestra profesión”, aseguró durante su discurso de agradecimiento, en el que habló de lo que significa el “periodismo de guerra” y lo calificó de “violatorio a los derechos humanos”.
“El periodismo de guerra es una de las prolongaciones del estado terrorista y el diseño del neoliberalismo –el reino feroz de las corporaciones– en la comunicación. Es una dictadura simbólica sobre las cabezas, la parte más esencial en cuanto a la definición de la libertad de las personas. El periodismo de guerra considera a los ciudadanos como un objetivo militar, pero capturando y colonizando su subjetividad para confundir y someter. Porque sirve a los intereses de las corporaciones económicas y gobiernos para los que actúa, vulnerando, con información falsa, manipulada, el derecho de los ciudadanos a elegir en libertad”, describió Seoane. “Por lo tanto aspiro y lucho para que a nivel nacional e internacional podamos alguna vez sancionar como violatorio a los derechos humanos ese tipo de periodismo, tan ejercido en estas tierras y en otras de nuestra querida Latinoamérica, por las corporaciones mediáticas y su ejército de comunicadores”, expresó la directora de Contenidos Editoriales del Centro Cultural Caras y Caretas. Y concluyó que las corporaciones mediáticas deben prohibirse “no solo porque los monopolios hacen daño en cualquier área, sino en especial porque en los medios destruyen el derecho de las personas a elegir en libertad”.
“En estos momentos en que todo parece volver a atrás, y llevarnos a un pasado de tinieblas, todos los días suelo preguntarme ante el espejo si lo que hago es lo que soy. Y cada mañana me digo, una y otra vez, soy lo que creo. Y creo en la educación pública, gratuita y obligatoria; en el derecho al trabajo digno y bien remunerado; en la salud pública gratuita y obligatoria; en el Estado nacional promotor del desarrollo y la equidad; en la soberanía territorial completa hoy en peligro; en el desa- rrollo científico y técnico que sólo es posible cuando el Estado lo promueve y lo protege. Creo en la integración latinoamericana; creo en nuestros padres y madres fundadoras desde la revolución de mayo a las luchas del siglo XX y XXI por los movimientos populares y democráticos; creo que el trabajo es la fuente de la vida y la libertad y el valor económico: es el que produce la riqueza y el bienestar, y condeno la obscenidad de que el valor lo reproduzca, como en este capitalismo financiero feroz, este neoliberalismo saqueador y obsceno, la renta del dinero”, afirmó la periodista.
Recordó por último a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, destacando “la memoria histórica de los pueblos”, y destacó: “Creo, sobre todo, en la lucha de los trabajadores, de los estudiantes, de las mujeres y hombres que luchan y se resisten a vivir en la ignominia del hambre y el sometimiento”.