El Instituto Antonio Próvolo de La Plata fue allanado ayer por efectivos de la Policía Bonaerense tras la denuncia de abuso sexual de 17 menores sordomudos que concurrían al establecimiento educativo. El operativo fue ordenado por la fiscal Cecilia Cordfield, quien está a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio de Delitos Sexuales de La Plata, en el marco de la investigación por los delitos de abuso sexual y encubrimiento.
El allanamiento comenzó alrededor de las 9 de ayer en el Instituto ubicado en la calle 47 entre 25 y 26 de La Plata, y en el lugar se hicieron presentes la fiscal Cordfield y personal de la Policía Científica.
Con el operativo, la fiscal busca, según las fuentes, recolectar material fílmico e información de las personas que concurrían al establecimiento y habrían sido abusadas sexualmente hace varios años, como así también de los sacerdotes denunciados. Hasta el momento se habían secuestrado biblioratos, carpetas con documentación y certificados médicos desde el año 1987 a la actualidad.
La investigación en La Plata empezó en el año 2016, cuando aparecieron las denuncias por abusos en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo, en la provincia de Mendoza. En mayo de 2017, Daniel Sgardelis, un hombre sordo de 42 años residente en Salta, reveló ante la fiscalía especializada en Trata de Personas y Pedofilia de la capital bonaerense que había sido abusado sexualmente y golpeado en la institución, en la que estuvo internado desde 1981 hasta 1995. Señaló como responsable, entre otros, a Nicolás Corradi, el cura octogenario detenido en Mendoza después de que se comprobaran los delitos cometidos contra internos del instituto Próvolo de esa provincia, con sede en Luján de Cuyo.
Sgardelis reveló que había sido golpeado con palos y abusado, aseguró que eran muchas las víctimas y dio nombres de otros sacerdotes implicados. La fiscalía investiga los posibles delitos cometidos en La Plata desde que supo que Corradi y Horacio Corbacho, otro religioso detenido en Mendoza, se habían desempeñado también en el instituto platense, dedicado a la educación de alumnos con graves problemas de audición.
Durante el año pasado, la fiscalía estuvo abocada a detectar posibles víctimas. La hipótesis que manejan los investigadores es que los alumnos abusados eran elegidos entre los de menor edad y mayor vulnerabilidad, basados en los relatos de Sgardelis, según los cuales a los más chicos los abordaban en el baño (enviaban a alumnos mayores, también víctimas de abusos), de manera de comprobar cuáles se resistían menos a los toqueteos. Los más “duros” eran objeto de represalias violentas, declaró Sgardelis.
Las víctimas tenían un régimen de internado, veían esporádicamente a sus familias y cuando tenían oportunidad, guardaban silencio acerca de los abusos por que estaban aterrorizadas.
En un principio, la causa había sido asumida por Fernando Cartasegna, pero se interrumpió luego de que el fiscal fuera procesado por “incumplimiento” y finalmente renunciara.
El allanamiento se realizó tanto en el edificio principal del instituto como en un anexo de la vereda de enfrente en la calle 47, donde los alumnos desarrollan tareas especiales. La policía intenta dar con los expedientes de los denunciantes y otros documentos que puedan ser útiles para el avance de la causa.
Se espera que en las próximas semanas se cite a declarar a ex empleados que participaron de las actividades educativas durante la época en la que se habrían cometido los abusos. Además, no se descarta que haya nuevos nombres en la lista de acusados, tanto entre quienes cometieron los abusos cuanto entre los que ayudaron a encubrirlos.