Boca avanzó ayer a los octavos de final de Copa Argentina tras dejar en el camino a San Martín de Tucumán, a quien venció por 2-0 en Formosa con goles de Cardona y Abila, de penal. En la próxima instancia, espera Gimnasia.
Aún en carrera en la Libertadores (jugará cuartos de final con Cruzeiro) y la Superliga (donde retomó el rumbo el último domingo al superar a Vélez por 3-0 y dejar atrás dos partidos sin ganar), Boca aprovechó el parate por fecha FIFA y llevó lo mejor a Formosa para afrontar el certamen que tiene como tercero en importancia. Enfrente, estaba un Santo tucumano que todavía no logró ganar en su regreso a Primera y está último en los promedios.
Sin embargo, lo mostrado en el estadio Don Carlos Romero no hizo caso a la diferencia entre antecedentes de uno y otro. El elenco tucumano no sólo estuvo a la altura de su rival, sino que fue mejor durante gran parte del encuentro. La clave pasó por la mitad de cancha, donde San Martín, a partir de la buena tarea del temperamental Arregui, le ganó el duelo al mediocampo xeneize donde, en contraste, fue muy deslucido el trabajo de Pablo Pérez, el más vehemente de los suyos. Pero una vez que los de Forestello superaban ese sector –aprovechando las numerosas imprecisiones en los pases de los jugadores de Boca–, sus ideas se nublaban. Todo lo contrario por el lado del Xeneize, que aceleraba una vez que se acercaba al área tucumana. Así fue que Benedetto tuvo la más clara de la primera parte, pero su excelsa definición por encima de la marca y del arquero dio en el travesaño.
Lejos de apichonarse, el Santo encontró sus mejores chances tras esa jugada. A los 33, Arregui se sacó de encima con el cuerpo a Zárate, desairó a Pérez con una bicicleta y dio unos pasos hacia la medialuna del área para sacar un disparo que Andrada despejó al córner. Minutos después, un todavía mareado Pérez le cometió falta a Bieler cerca del área y el Taca sacó un potente tiro libre que, nuevamente, hizo esforzar a Andrada.
En la segunda parte, San Martín quiso demostrar que lo de los primeros 45 no fue casualidad y salió a comerse a su rival. El camino elegido para ello fue, principalmente, el de los remates de larga distancia. Pero Andrada siempre respondió correctamente. Ese, sin embargo, no fue el caso de Arce. Cuando ya se pensaba en los penales, el uno tucumano calculó mal un tiro lejano de Cardona y no alcanzó a impedir el 1-0, que le daba el pase a Boca y la desesperación al Santo. En ella cayeron, primero, Arregui, que al intentar una chilena durmió de una patada a Goltz y se fue expulsado y, segundo, Cahais, que cometió un bruto penal que Abila convirtió en 2-0.